El marplatense Juan Cruz García Castañon se metió en la elite del surf mundial luego de ser el primer argentino en surfear en Nazaré, en Portugal, considerado el lugar más peligroso del mundo con olas que alcanzan los 30 metros.

"Las olas llegan de distintos lugares y de forma sorpresiva, muy cerca de donde uno está, con un tamaño y fuerza que sólo existen ahí. Una cosa es verlas de afuera o en un video, y otra bien de cerca… Son monstruos, a veces de 30 metros, que permiten batir cada año los récords mundiales", relató García Castañon, que se enfrentó al desafío en noviembre del año pasado.

Y agregó: "Ese día cumplí mi sueño. Y me gané el respeto de todos en Nazaré. Ellos dudaban, de mi surfing y de mi personalidad. No me conocían. Me preguntaron de dónde era y cuando les dije de Argentina, se sorprendieron aún más. Me miraban como diciendo ‘¿este loco, qué hace acá?’".

La vida del oriundo de Mar del Plata cambió por completo y, tras 23 años dedicados al surf, fue contratado por la empresa filial en la Argentina, Quiksilver, lo que lo empujó a querer repetir el reto en octubre de este año.

"Fue muy emocionante por lo que es la marca a nivel mundial y porque es una de las que más apoya al surf de olas grandes. Que se fije en vos quiere decir que hiciste las cosas bien y tuviste resultados. Es una motivación gigante, este año espero ir por más, quiero volver a Nazaré. Comencé a surfear a los seis años, en Playa Grande, con mi viejo, Cachito. El nunca me insistió ni me presionó, yo quería y le insistí", contó.

En esa línea, continuó: "Me faltaba ir ahí, era mi objetivo, mi motivación. Estar con los mejores en las mejores olas. Me motivaba eso. Pero sabía que es muy difícil llegar y estar en ese grupo selecto que se mete ahí".

"Las olas son impredecibles a diferencia de otros lugares famosos como Jaws (Hawaii) y Mavericks (California). Además hay mucha corriente y piedras asesinas de 25 metros. Nunca hubo muertes pero sí accidentes importantes. Si te caés, las motos tienen segundos para sacarte porque vienen otras detrás. Incluso es común que se vuelquen las motos cuando te buscan…", detalló García Castañon para dimensionar lo realizado.

En tanto, finalizó: "La confianza es esencial. No es que uno debe estar loco. Al revés, hay que estar mucho más cuerdo de lo que la gente cree. Hay un grado de locura y hasta de adicción a eso, pero mucho más de preparación".