El árbitro Darío Herrera tuvo esta noche una actuación correcta en el Superclásico disputado en el estadio Monumental entre River y Boca, partido que en líneas generales no tuvo jugadas polémicas.

La única acción que generó muchas protestas entre los futbolistas "millonarios" se produjo a los 38 minutos del primer tiempo, cuando el defensor visitante Luis Advíncula le cometió foul a Julián Álvarez estando amonestado, aunque se trató de una falta sin violencia excesiva.

De todos modos, el entrenador "xeneize", Sebastián Battaglia reemplazó al internacional peruano en el entretiempo y mandó a la cancha a Nicolás Figal, ya que River atacaba por ese lateral con muchos futbolistas, rápidos y de buen pie, como Álvarez y Esequiel Barco.

Asimismo hubo otras dos acciones que pueden marcarse como decisiones erradas de Herrera, siendo la primera de ellas una tarjeta amarilla para Juan Ramírez por una infracción sobre Álvarez que no pareció tal, a los 42 de la primera parte.

La segunda se produjo a los 18 minutos del complemento, cuando el defensor chileno Paulo Díaz le entró fuerte abajo a Sebastián Villa y cortó un contragolpe peligroso, pero el juez decidió no mostrar la amarilla.

Pero más allá de estas jugadas puntuales, el desempeño de Herrera estuvo a la altura del partido que Boca le ganó a River por 1 a 0.