El entrenador Néstor "Pipo" Gorosito recientemente expresó su descontento con la gestión de Marcelo Moretti, presidente de San Lorenzo, debido a una serie de desacuerdos y acciones que, según él, le impidieron asumir el rol de director técnico del equipo en varias oportunidades.

Gorosito compartió detalles de su frustración con Moretti, en donde destacó que este último fue un obstáculo recurrente en sus intentos por retornar al club de Boedo. La relación entre ambos, que alguna vez tuvo momentos de cordialidad, ahora parece deteriorada debido a la falta de comunicación y el desinterés por parte del presidente en formalizar una convocatoria.

"Tuvo dos o tres oportunidades para llamarme y no lo hizo", declaró Gorosito con un dejo de decepción por la falta de iniciativa de Moretti para establecer una comunicación directa.

Según explicó el entrenador en una entrevista con la radio AM 770, esta situación se remonta a años atrás, cuando Moretti participaba en las actividades de la Comisión Directiva y, a pesar de la influencia que tenía, nunca mostró interés en traer a Gorosito como técnico del equipo.

"Antes no me llevaban por Moretti y ahora tampoco", expresó el director técnico, quien considera que esta actitud ha sido una constante en el comportamiento del presidente, independientemente de los cambios en el contexto o de las personas involucradas en el club.

El entrenador también recordó la postura de Matías Lammens, otro dirigente de San Lorenzo, quien, a diferencia de Moretti, sí le había mostrado su apoyo en repetidas ocasiones. "Matías estaba en contra de Moretti, de él y su gente. Todo lo que proponía era en contra, sin embargo, él me llamaba y me decía siempre que me iba a traer", puntualizó Gorosito para dejar en claro la disparidad de posturas entre los dirigentes en cuanto a su posible regreso al club.

Este respaldo de Lammens contrasta con el distanciamiento de Moretti, quien, según Gorosito, "nunca se mostró dispuesto a ceder o a escuchar sus propuestas".

Finalmente, Gorosito señaló que su relación con el actual presidente de San Lorenzo nunca fue una amistad, sino una mera cordialidad que surgió en encuentros casuales, especialmente durante los partidos de la categoría senior en los que él participaba.

"Siempre me veía en senior porque yo venía a jugar. No somos amigos, solo teníamos buena relación y ahora no me llamó nunca", explicó, y reafirmó que esta falta de cercanía personal también contribuye al distanciamiento profesional entre ambos.