El delantero Eduardo Salvio se entrenó este viernes en Boca, luego del escándalo por la denuncia de su ex esposa por violencia de género, pero no jugará el fin de semana y tampoco concentrará con el equipo.

El delantero llegó en el auto de otra persona, sentado en el asiento del acompañante, ya que la Justicia lo inhabilitó para manejar por tres meses. Ante la guardia periodística instalada en el predio que el conjunto xeneize tiene en la localidad de Ezeiza, "Toto" entró por una puerta trasera.

Vale destacar que el equipo de La Ribera tiene por delante tres partidos en una semana, el primero de ellos el domingo próximo en la Bombonera recibiendo a Lanús, por la Copa de la Liga Profesional.

"Hablamos con Salvio y seguramente su cabeza no está para el fin de semana, ya estuvimos al tanto de todo lo que fue el día de ayer", expresó el entrenador Sebastián Battaglia en conferencia de prensa luego de la práctica.

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Luego de la actuación de Salvio en el cotejo ante Always Ready de Bolivia (2-0) por la Copa Libertadores, en donde tuvo una destacada participación, se esperaba que el futbolista integre el banco de suplentes ante el "granate".

El escándalo en el que se vio envuelto Salvio incluye a su ex esposa Magalí Aravena, madre de sus dos hijos, y por ese motivo la Justicia le inició una causa por "lesiones en el marco de una hecho de violencia de género".

Salvio, según lo determinó la Justicia, debe informar su posible salida del país, algo que complica la situación de Boca, que debe afrontar aún dos partidos de visitante en la Copa Libertadores -frente a Corinthians en San Pablo y Always Ready en La Paz-, que además tiene varios futbolistas sancionados por Conmebol por los incidentes del año anterior en el partido con Atlético Mineiro.