El zorro cazado por sus pollitos
Por Fernando Niembro.
No es tiempo para lágrimas. Ni para reproches ni reyertas. Los dirigentes del fútbol argentino se acordaron tarde, no aplicaron una formula sencilla, la de cualquier mortal con muchos o medianos recursos, que es ahorrar y se muestran desesperados, quejosos y desconcertados.
La pandemia del coronavirus los enfrentó a una dura realidad, hasta aquí vivieron en un mundo de fantasías, gastando lo que tenían, pero algo mucho más grave, derrochando lo que no tenían.
Dilapidaron millones en compras, se comprometieron en sueldos con sus jugadores como si fueran británicos, con una diferencia en lugar de libras esterlinas, pagaron dólares, los del mercado paralelo. Un verdadero disparate.
En la desesperación arrasaron con los dineros de Superliga, en el autogolpe, Marcelo Tinelli, se olvidó de sus amigos, la mayoría de los jerarcas y empleados del nuevo ente eran sus ex empleados y los dejo sin trabajo y sin plata.
ELLOS, los dirigentes de la AFA, les quitaron los fondos a ELLOS, los directivos de la Super, con excusas. El verdadero motivo es que el organismo creado hace tres años se propuso auditar las finanzas de las entidades y llegó a la conclusión que San Lorenzo y Huracán estaban desfasados. Entonces los sanciono. Tinelli era cazado por sus propios pollitos. Una situación ridícula y graciosa a la vez, aunque trágica.
Tinelli, al igual que D’Onofrio, Blanco y Moyano son hombres prósperos, de una posición económica sólida, la hicieron con reglas que no aplican en esos clubes. Las del viejo almacenero, no gastar mas de lo que se recauda.
Simple. Hoy, ese manejo anárquico de las finanzas los dejo en cero. Además del fútbol, esa lección lo somete a muchos gobiernos.
El tema llego a tal punto que Ameal, presidente de Boca, líder de una institución desde hace años sólida, se despachó criticando a sus pares por no ser cautos con los dineros y despilfarran. Malaspina, de Argentinos Juniors, lo cruzó y le reprochó orígenes y elementales normas de privacidad.
En público entre bueyes no hay cornadas. Otra situación singular. Por vivir en el mundo de los silencioso, sin lugar para la crítica, se metieron en tierras movedizas. No las aceptan ni de los propios pares. La discusión entre los dirigentes demostró que lo que la urgencia une, recién se juntaron otra vez en la AFA, la realidad lo descompone.
Es tarde para volver a mares calmos, están en la tormenta y la pandemia los dejó expuestos, desnudos y sin plata. Miran al Estado, allá tienen amigos, hoy urgidos por otros temas, que no tiene tiempo para escucharlos, igual si se llegara algún plan de rescate de nada serviría. Siempre vendieron por millones y siempre están en default.
El autoengaño de vendo una figura y con ello compenso el déficit, es un trabalenguas que ni ellos se lo creen, River vende por millones de euros e inmediatamente compra por millones de dólares. Pratto es el ejemplo.
Gorosito, por Radio Rivadavia, nos comentó con ingenuidad y verdades: "Si no compran, no ganan elecciones". Tal cual. Como nunca la tragedia y la crisis los enfrenta a un manejo histórico que alguien lo destrozaría. Jugaron siempre al límite.
Lo hizo un ser misterioso, al que todo el mundo busca y el mundo se desespera por cazar. Los poderosos rodeados por un rival desconocido, al que lo no se los puedo combatir con la táctica y la estrategia habitual. Insólito, para quienes están acostumbrados a ganar a los poderosos en todos los escenarios.
Podrían conformarse con la sentencia del filósofo: "Si lloras de alegría, no seques tus lagrimas: las robas al dolor". Con pena, no es el caso.