Por Claudio Morresi *

No descubrimos nada al decir que la pandemia por el Covid-19 trastocó el desarrollo normal de las actividades diarias en todos los sectores. Ahora, con respecto al fútbol argentino, previo al coronavirus, ¿había un desarrollo normal?

Recordemos. En el fútbol argentino hace ocho años que no se juegan dos campeonatos iguales seguidos y cada día surge una nueva modalidad de torneo. En el Ascenso se modifica permanentemente la forma de disputa, sobre la marcha se van realizando cambios en el propio reglamento de la competencia. De repente aparece algo llamado Superliga la cual supuestamente viene a gestionar un “producto” llamado fútbol argentino, gestionado por fuera de la AFA. De un día para el otro, entra en conflicto con la propia entidad madre, renuncia el presidente de la Superliga y ésta desaparece. En este momento el torneo se llama “Liga Profesional”, al parecer, pero no se sabe cuándo, quiénes, cómo,ni tampoco dónde se va a jugar. Sólo sabemos que los descensos fueron suspendidos, es la única medida que conocemos a ciencia cierta.

Estoy esperanzado en que la nueva conducción pueda encontrar una forma de gobernar al fútbol argentino y se implemente durante ocho años el mismo plan estratégico de formación y desarrollo. Este nuevo ciclo, por lo menos, empezó con una buena señal: en la elección virtual de la nueva conducción no se repitió la escena donde las dos listas que se presentaron empataron 38 a 38 habiendo 75 asociados para votar.

El presidente Alberto Fernández sabe claramente la importancia que tienen el deporte social y el de alto rendimiento con respecto a la salud, la identidad, los derechos y como una herramienta de desarrollo para el pueblo argentino. Mientras fue Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, el deporte estaba bajo su área. En su gestión, se logró incrementar cada año el presupuesto para invertir desde el Estado en clubes y federaciones. La AFA se benefició de diferentes maneras de acuerdo a las políticas de distribución de esos tiempos. Hoy se le pide a la dirigencia del fútbol argentino que lo ayude a dar las respuestas que se necesitan en medio de la pandemia, y empiecen a organizar los pasos que tendrían que venir de acuerdo a su evolución. Al mismo tiempo, consulta al propio Marcelo Gallardo para intentar establecer el protocolo para el fútbol. Busca que le den la mayor información y pide que trabajen coordinadamente con el Ministerio de Salud y el de Deportes.

Es imprescindible, también, que diseñen una estrategia junto con las empresas que televisan los partidos para colaborar con el testeo masivo de todos los que componen el arco del fútbol masculino y el femenino. Deben proporcionar un protocolo sólido, el cual debe cumplirse a rajatabla para que todos tengan un desempeño seguro en la actividad.

Es posible. Esta pandemia es un llamado constante a la responsabilidad. La mayoría del pueblo argentino está intentando hace muchos meses estar a la altura de la situación y viene demostrando su compromiso.

Que nuestro fútbol profesional pueda mostrar que es posible respetar un protocolo sanitario no solo será una señal saludable, literal, para todos y todas, sino que también será un marco de referencia para las propias categorías juveniles que comprenderán que cuando las papas queman no hay mezquindades ni negocios, sino una salida altruista, compañera, pensando en el bien común. Está en las bases de todo deporte.

Y es posible.

* Ex futbolista y ex secterario de Deportes de la Nación.