El futuro profesional de Carlos Tevez es una incógnita. Desde que boca cayó por penales en las semis de la Copa de la Liga Profesional frente a Racing, el 31 de mayo pasado, el Apache no volvió a disputar un partido oficial.

Pero con 37 años, y a solo cinco días de llegar a los 38, Tevez revivió la ilusión de sus fanáticos tras disputar un amistoso para el Barcelona de Guayaquil. Fue en “La Noche Amarilla”, el clásico amistoso que organiza todos los años el equipo ecuatoriano previo al comienzo de la competencia oficial y que suele contar con una figura internacional.

Allí, Tevez disputó 70 minutos y fue la gran atracción de la noche. Pero una de las cosas más llamativas fue su entrada al terreno de juego, en la que el ex jugador de la Selección ingresó con una bata similar a la de los boxeadores. La ovación por parte del Estadio Monumental Banco Pichincha fue total para Tevez, que lució la camiseta número 97 en homenaje a los años de vida de dicho club.

El delantero, que participó de los mundiales del 2006 y del 2010 y que supo hacerse querer en todos los equipos donde jugó, aseguró que no se desempeñaría en otro equipo argentino que no sea Boca, por lo que se especula que pueda cerrar su carrera en algún club brasilero o estadounidense en caso de no retornar al conjunto de La Ribera.

El partido terminó 2-1 para el Barcelona, que enfrentó al Guayaquil City, mientras que Tevez fue reemplazado en medio de una ovación por Edwin Valencia cuando solo faltaban 20 minutos para el final del partido.