"El día en que mis hijos me pregunten por algún ejemplo de un hombre grande, pero grande de verdad, no dudaré un segundo en decirles: Bilardo." Así hablaba Diego Armando Maradona, en 1986, del director técnico con el que Argentina salió campeón del mundo ese año en México, el doctor Carlos Salvador Bilardo. 

Hoy, a casi cuatro meses de la muerte de quien fuera considerado el mejor jugador de fútbol del planeta, Bilardo no se ha enterado todavía de la partida del '10'.

Con 83 años recién cumplidos, el ex entrenador padece el síndrome de Hakim-Adams, una enfermedad neurológica que produce deterioro cognitivo o demencia, trastorno patológico de la marcha e incontinencia urinaria. 

Si bien tuvo sus idas y vueltas a lo largo del tiempo, la estrecha relación entre ambos se forjó a base de duras derrotas, como la de la final con Alemania en el 90, e imborrables victorias.

Mientras pasa sus días en un geriátrico, su familia ha decidido no contarle sobre el fallecimiento de Maradona para no causarle un disgusto. 

Es que para Bilardo, Maradona era "el hijo varón que nunca tuvo", consideró Jorge, hermano del ídolo de Estudiantes de La Plata. "No pregunta por Diego pero... ¿Para qué se lo vamos a contar? ¿Para amargarlo?",  añadió.

Según contó Jorge Bilardo, tampoco le dijeron nada sobre los recientes fallecimientos de José Luis 'Tata' Brown, integrante de aquél plantel mundialista, ni de Alejandro Sabella a quien dirigió en su querido Estudiantes de La Plata.