Cuando un grupo de gente que vivía en la ciudad inglesa de Birmingham se juntó para fundar el Small Heath Alliance en 1875, no tenían ni la más remota idea de que 13 años después el club pasaría a llamarse Small Heath Football Club, que 30 años más tarde empezaría a ser conocido como Birmingham City Footbal Club y que 145 años después un argentino se convertiría en su propietario y presidente.

Cuando Maxi López debutó con 17 años en la primera de River, el 22 de julio de 2001, no imaginó ni por un segundo que su vida de jugador quedaría en un segundo plano opacada por el reality en que se transformó su vida privada ni que 21 años después se estaría mudando a Birmingham para hacerse cargo de la presidencia de un club inglés del cual, además, desde esta semana es copropietario.

El destino juega muchas veces con cartas marcadas, pero este no es el caso. Un club popular como Birmingham nunca pudo despegar para obtener protagonismo deportivo y apenas festejó en toda su historia un 6º puesto en la primera división en la temporada 55-56, un 2º puesto en la FA Cup del 56, dos Copas de la Liga (1963 y 2011) y dos subcampeonatos en la vieja como UEFA de 1960 y 1961 cuando todavía se llamaba Copa de Ferias. Y Maxi López, un pibe que desde muy jovencito pintaba para estrella, jamás pudo ser quien se esperaba que fuera dentro de la cancha, más allá de haber jugado en 14 equipos y haber marcado 126 goles en 501 partidos. El gran talento de Maxi siempre fue recibir un salario más por lo que se esperaba de él que por lo que realmente jugaba una vez que era contratado.

Leer más:  Julián Álvarez debutó en Manchester City: cómo jugó el ex River

Tal vez estas dos variables sean las que unan a Birmingham y a López. Se trata de un club y de un jugador de fútbol de los que siempre se esperó mucho pero jamás pudieron coronarlo.

La llegada de Maxi a la presidencia del club fue vendida por los medios argentinos como la gran oportunidad para un argentino de hacer pie en el fútbol inglés como un empresario exitoso. “Vamos a llevar al Birmingham al lugar que se merece”, dijo López. Y la pregunta que todos nos hacemos es: ¿qué lugar merece el Birmingham? Porque si nos remitimos a su historia, no hay demasiado de donde agarrarse

El Birmingham City se hizo un club profesional en 1885 y fue el primero en Inglaterra en dar el salto hacia lo empresarial, ya que ese año se transformó en una sociedad anónima.

Birmingham tiene un dueño

Entre 1889 y 1892 disputó la Football Alliance, una liga paralela a la Football League. En 1983 se sumó a la Football League para disputar la recién creada Football League Second Division, algo así como la B de Inglaterra. Fue campeón ese año pero no ascendió porque perdió en los test matches ante Newton Heat –tal como se llamaba el Manchester United por esos años–, que eran partidos entre los últimos de primera y los primeros de segunda y que decidían quienes subían y quienes bajaban de categoría. El ascenso llegó un año después cuando le ganó los test matches al Darwen.

En su primera temporada en primera, terminó 12º y se mantuvo en la primera categoría hasta 1908 cuando cayó otra vez.

Volvió a subir de categoría en 1920-21 y se mantuvo allí sin gran suceso hasta que en 1931, bajo la conducción técnica de Leslie Knighton, alcanzó la final de la FA Cup aunque la perdió por 2-1 ante el West Bromwich Albion. Las 18 temporadas que se mantuvo en primera siempre peleó por no descender, hasta que finalmente bajó a segunda en 1939, justo cuando todo quedó entre paréntesis por la Segunda Guerra Mundial.

Al terminar la guerra volvieron las competiciones y el Birmingham llegó a las semifinales de la FA Cup y dos años después volvió a ascender. Cinco años más tarde, otra vez sufrió el efecto ascensor, es decir el regreso a segunda y nuevo ascenso en 1955.

El Birmingham se convirtió en el primer club inglés en jugar un torneo internacional al participar en la primera edición de la Copa de Ferias (1956-1958) y perdió las finales de ese torneo en 1960 contra Barcelona y en 1961 ante la Roma.

Su rato de gloria lo vivió en la final de la Copa de la Liga en 1963, cuando venció al Aston Villa, su rival de la ciudad, por 3-1. No sólo era su primer título en la historia, sino que además lo obtenía ante su archienemigo.

El club siguió navegando durante décadas entre la primera y la segunda y hasta llegó a bajar a tercera en la temporada en dos oportunidades, en la temporada 88-89 (se quedó tres años) y en la 93-94 (ascendió al año siguiente al segunda).

En el 2001-02 regresó a primera, ya con el formato Premier League y se mantuvo en esa categoría tres años hasta que otra vez se fue a segunda para seguir su derrotero de ascensos y descensos. Hoy, el Birmingham juega en la Championships, la segunda categoría, y el año pasado terminó 20 de 24 equipos.

Birmingham tiene un dueño

Por eso queda la duda: ¿cuál es el lugar que merece el Birmingham? Ganó dos copas de Liga y dos Trofeos de Liga, fue campeón cuatro veces en segunda y una vez en tercera. Nunca pudo hacer pie en primera e incluso sufrió en segunda. Tiene hinchas (la mitad de la ciudad de Birmingham; la otra mitad es del Aston Villa) pero no se puede decir que su historia deportiva esté tallada de grandeza. Sufrió más de lo que disfrutó. Tal vez Maxi López debería haber respondido: “Vamos a llevar al Birmingham al lugar en donde nunca estuvo”. Esa hubiera sido la frase más apropiada. Y la pregunta del millón que sólo el tiempo podrá responder es: ¿podrá? Porque el camino para cumplir con los deseos muchas veces está plagado de vallas imposibles de superar. Y el Birmingham, para ser honestos, no parece ser un club de esos en donde las cosas salen fáciles.