La atleta marplatense Belén Casetta relató hoy cómo fue su odisea para regresar a la Argentina luego de llevar a cabo en Kenia su preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que finalmente fueron aplazados para el año próximo por la pandemia del coronavirus, y contó en qué consisten los entrenamientos que realiza en su vivienda durante la cuarentena.

En diálogo con NA, Casetta remarcó la importancia de "estar en casa" luego de su caótica vuelta al país y detalló: "Yo estaba en Kenia pero, cuando empezaron a aparecer los primeros casos allá, el presidente ordenó cerrar la frontera y el pueblo en el que estaba entrenando, Inten, ubicado a 2.500 metros de altura, prohibió el ingreso con la presencia de militares y policías".

En ese mismo lugar se entrenaban medallistas olímpicos y atletas que lograron récords, por lo que todos seguían con su planificación de cara a Tokio, dado que el Comité Olímpico Internacional (COI) todavía no había anunciado la postergación.

Sin embargo, antes de lo previsto, el ENARD, el Comité Olímpico Argentino, la Secretaría de Deportes y la Federación de Atletismo le informaron a la deportista que tenía que emprender el regreso porque iban a cerrar las fronteras de la Argentina.

Así comenzó su odisea: hizo escala en Nairobi, capital de Kenia, y en Addis Abeba, en Etiopía, donde se subió al vuelo que, tras once horas de espera, la llevaba a la ciudad brasileña de San Pablo.

"A último momento nos dieron un papel diciendo que la aerolínea no estaba autorizada para aterrizar en Ezeiza, que iba a terminar el vuelo en San Pablo. Teníamos la opción de hacer la cuarentena en Etiopía o en Brasil, por lo que elegimos la que estaba más cerca de casa", manifestó.

De esta manera, Casetta tuvo que permanecer cuatro días en tierras brasileñas, donde el aislamiento no es obligatorio, por lo que se mantuvo encerrada en un hotel a la espera de las novedades.

"Con las medidas que toma (el presidente Jair) Bolsonaro, no es lo mismo que en la Argentina. Estuve en un hotel y estaban los locales abiertos, la gente caminando normalmente, autos, sólo cumplen las medidas quienes lo hacen voluntariamente", dijo.

Y añadió: "Después me avisaron que habían dos vuelos de Aerolíneas Argentinas que iban a repatriar a los argentinos que estábamos en Brasil, por lo que los entes deportivos me tuvieron que comprar el pasaje de nuevo. Sin ellos, estaba al horno. Nos ayudaron mucho a los atletas que estábamos afuera".

Al arribar a Ezeiza y tras cumplir con todas las medidas, su hermano la pasó a buscar y la llevó a su departamento: "Desinfecté las valijas y la ropa, elevamos la temperatura del auto por encima de los 26 grados y todavía me encuentro aislada en cuarentena sin estar con mi familia", explicó.