La Selección argentina logró hoy un triunfo clave por 2 a 0 sobre México en la segunda fecha del Grupo G del Mundial de Qatar 2022, por lo que le puso un freno a las dudas y especulaciones por el traspié en el debut ante Arabia Saudita que quemó todos los papeles de un equipo que llegó al certamen con un largo invicto de 36 partidos.

La emoción del cuerpo técnico tras el golazo de Enzo Fernández que liquidó el encuentro demostró cómo se vivieron las horas previas en el seleccionado: una presión que apareció tras la sorpresiva derrota y que aumentó en gran parte del duelo con México, donde el elenco albiceleste estuvo lejos de su mejor versión.

Así es el fútbol: se gana y se pierde. Pero una caída -o dos, de haber sufrido otra hoy- podría haber desmoronado un proceso de grandes resultados deportivos y que generó una enorme representatividad en los hinchas.

Leé también: Cómo llega la Selección argentina para el último partido de la fase de grupos

Nunca alcanza en este apasionante e ingrato deporte y nunca va a alcanzar. Por eso hasta Lionel Messi puede sentirse en deuda pese a protagonizar una carrera que solo podría mejorarse con la conquista de una Copa del Mundo.

De la consagración en la Copa América, que llevó al plantel a lo más alto, a los días complicados que tuvieron que atravesar los futbolistas y el entrenador por un inesperado estreno en la cita mundialista.

Por eso un equipo puede parecer el mejor y, con muy pocos compromisos en el medio, mostrar una versión completamente opuesta. Se desmorona la confianza y con ella el juego. O aparece el capitán y renace la esperanza de ser ese sólido seleccionado que hace tanto tiempo demuestra ser.

Leé también: Fotogalería: las mejores imágenes del triunfo clave de Argentina en Qatar 2022

"Hay que tener un equilibrio cuando se gana y se pierde", dijo Lionel Scaloni en conferencia de prensa. "Las alegrías duran poco", agregó. Y tiene razón. Así es el fútbol y, quizás, jamás se pueda cambiar. Por eso ahora solo queda una opción: envalentonarse en la victoria y empezar otro Mundial.

El Mundial que soñaron los jugadores, el cuerpo técnico y los hinchas de una Selección argentina que sabe lo que quiere y lo que puede dar, aunque una mala entre tantas buenas logre confundir a propios y extraños.