Los Juegos Panamericanos Santiago 2023 volvieron a dejar en claro la idiosincrasia del deporte argentino.

Mientras las potencias del planeta olímpico apuntan a las actividades con más medallas, la riqueza albiceleste está planteada en los deportes de equipo.

Dos referentes del desarrollo de nuestras disciplinas fueron contactados por Noticias Argentinas para tratar de explicar esta realidad. Y cómo potenciarla.

Federico Diez Andersen es entrenador de la Selección Argentina de Natación. En esta edición, en la piscina del Centro Acuático de Santiago se lograron dos medallas (de Ulises Saravia y Macarena Ceballos, además de la histórica presea del waterpolo masculino) aunque se estuvo lejos de las cuatro doradas conseguidas en Lima 2019 por Delfina Pignatiello (3) y Virginia Bardach, ya retiradas.

LEÉ: Hay "Cholo" para rato: Diego Simeone seguirá siendo el entrenador del Atlético Madrid hasta 2027

“En la natación pasó la generación que más se apuntaló, que fue el mix entre los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y la preparación de Buenos Aires 2018. Esa fusión de dos programas dio como resultado la generación de Federico Grabich, Julia Sebastián, Macarena Ceballos, Guido Buscaglia, Andrea Berrino, Gabriel Morelli, Santiago Grassi, Virginia Bardach”, recuerda Diez Andersen.

“Esa fue una linda camada que se fusionó con todo el proyecto YOG 2018, la de Delfina Pignatiello, pero también de muchos otros nadadores que fueron apuntalados en esa generación. Se logró mantener esta combinación hasta Lima 2019. Se sostuvo la gestión de muy buena manera y se ganó el Sudamericano 2021 en Buenos Aires, que también fue un hecho histórico”, cuenta el coach, a horas de sumarse al club Nados, escuela de natación en Castellón de la Plana, España, donde hará base con varios jóvenes argentinos, incluyendo a Saravia, quien irá en busca de su marca A para París 2024.

“Pero, las generaciones pasan y eso genera una transición que es normal, la de los que ya están grandes y empiezan a dejar el deporte y dedicarse a algunos emprendimientos personales, y los más chicos que empiezan a resurgir. Nos agarró la pandemia, eso creo que también golpeó en el desarrollo”. Justamente, en ese renacer se encuentra la natación argentina, teniendo en cuenta que, sin ir más lejos, en septiembre, Agostina Hein y el propio Saravia se subieron al podio del Mundial Junior, nada menos.

LEÉ: Comienza el Mundial Sub 17: el fixture de Argentina y todos los detalles del torneo

“Este año hubo mucho apoyo, con la cantidad de viajes que hicieron tanto los mayores como los juveniles, preparación en torneos de Estados Unidos, también hubo gira por Europa (Circuito Mare Nostrum) con juveniles y mayores, participación en Brasil, selecciones juveniles que compitieron en Lima, en Rio Janeiro, se compitió en el Campeonato Mundial y en la Gimnasiada”, repasa.

Y añade: “Me encantaría que se direccione nuevamente o con mayor acento a la natación, porque hay promesas como Hein, Malena Santillán y Saravia, que están ahí, por dar el golpe en el plano internacional. Ulises y Agostina ya lo dieron y están muy bien posicionados, pero hay que continuar por este camino”.

Otro enfoque de esta realidad, la muestra Ariel Martínez, Presidente de la Federación Argentina de Tiro y, además, entrenador de Fernanda Russo, emblema de la delegación que, a sus 24 años, clasificó a sus terceros Juegos Olímpicos en rifle de aire 10 metros (cuartos sumando su experiencia en los Juegos de la Juventud Nanjing 2014). El otro tirador que aseguró su boleto, también con medalla plateada en la cita panamericana fue Federico Gil (skeet).

“Yo creo que las dos medallas y las dos plazas fueron muy valiosas, sobre todo por las modalidades en las que lo conseguimos. Eran las más fuertes de Estados Unidos; en rifle de aire tenía tres mujeres de primerísimo nivel mundial. Entrar ahí marca que Fernanda tiene pasta, que está muy bien preparada, que le falta focalizarse más, con más cantidad de horas de entrenamiento. Ahora la idea es tirar 50 metros y eso también le va a ayudar a focalizarse más en 10 metros. Habría que ver cómo podemos solucionarle ese tema. En el caso de Federico Gil, también le tocó tirar contra el mejor del mundo, Vincent Hancock, que hoy está un paso por arriba del resto a nivel mundial. Hizo 125, perfecto. América tiene muy buen nivel en skeet y se supo aprovechar”, consideró.


¿Qué se puede imitar, entonces del deporte de equipo?


“Fer necesita que haya más gente empujándole abajo”, señala Martínez. “Para eso tenemos que ampliar la base sobre lo cual hay que seguir trabajando y pienso que es un problema del deporte argentino. Creo que nos quedamos muy angostos en las bases, y estamos trabajando con los deportistas que ya han surgido de años anteriores. Se necesita tener gente atrás para medirse y competir”, agrega.

Para Diez Andersen, “Argentina, culturalmente, es buena en deportes de equipo porque está la pelota en los pies de cualquier chico, de cualquier barrio, de cualquier pueblo, de cualquier municipio, en cualquier provincia. Y es igual que el básquet, en alguna cancha, en una plaza, de cualquier lado también, un chico se puede encontrar con el básquet, y en los clubes son actividades semi-aranceladas, requieren poca infraestructura, es mucho más sencillo, y culturalmente se llega rápido”.

LEÉ: Liberaron al padre de Luis Díaz tras estar 12 días secuestrado

“El deporte de equipo se sostiene por tus compañeros”, sigue analizando. “El deporte individual es desde la soledad, y si bien hay un equipo en el cual los deportistas se apoyan, los objetivos siempre son personales, y es mucho más exigente, mucho más demandante y requiere más acompañamiento de lo que es de afuera hacia adentro, que del adentro hacia afuera, como puede ser en los equipos de fútbol, donde un mismo grupo puede estar convencido en ganar un torneo, aunque sea un torneo en un country, y se lo toman como la final, porque lo que generaron internamente es tan fuerte que se sobrepone a las circunstancias", opina.

En esa línea, continúa: "Si las potencias apuntan al deporte individual es porque dan muchas medallas y eso es una estrategia olímpica. En esa estrategia quienes apoyan el deporte individual, pueden golpear de una manera distinta en el medallero. Pero tengo esperanza de que esto se pueda revertir”.

Martínez también cierra su diagnóstico: “Los equipos de conjunto son el fuerte de Argentina, sobre todas las cosas, porque la mayoría de los deportistas y entrenadores están en el exterior y es mucho más fácil juntarlos para un evento con un entrenador preparado. Sería mucho más fácil para el tiro si tuviese no sólo a Fernanda Russo yendo una vez al año a tirar afuera un par de meses sino si a todo un equipo de hombres y mujeres compitiendo en distintos clubes de la Bundesliga alemana”.

“También es bueno trabajar con entrenadores extranjeros. Porque uno no siempre puede enviar al exterior un entrenador nacional durante tres o cuatro meses. Se le hace cuesta arriba familiar y económicamente y ser tiempo completo es muy difícil hoy por hoy en un deporte individual”, finaliza.