Un 7 de junio, pero de hace ochenta años, la revista El Gráfico bautizó por primera vez a la delantera de River como "La Máquina", luego que el conjunto Millonario venciera a Chacarita Juniors como visitante por 6 a 2, por la octava fecha del torneo de Primera División de 1942.

En aquella jornada, inauguró el marcador Ángel Labruna, a los 5 minutos del primer tiempo, mientras que Adolfo Pedernera amplió las cifras a los 18; descontó Ricardo Villela, a los 22, pero el defensor Italo Emanuelli, en contra de su valla, diez más tarde, anotó el tanto con el que se cerró la primera mitad.

Ya en el complemento, Labruna -al minuto-, colocó el 4 a 1 parcial, mientras que Pedernera de penal, a los 7, alargó la diferencia. Juan Riephoff, a los 15, sumó un nuevo descuento para el equipo que todavía jugaba en Villa Crespo, en tanto que el "Charro" José Manuel Moreno, a los 43, le dio cifras definitivas a un marcador histórico.

En esa memorable jornada el cuadro de la banda roja alineó a Julio Barrios; Ricardo Vaghi, Luis Antonio Ferreyra; Norberto
Yácono, Bruno Rodolfi, José Ramos; Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Aristóbulo Deambrossi.

El conjunto actualmente afincado en San Martín formó con: Isaac López; Blas Angrisano, Ítalo Emanuelli; Manuel Araguez, Beracochea
y Ernesto Ligtherman; Osvaldo Reta, Ricardo Villela, Fabio Cassán, Juan Pedro Riephoff y Ricardo Rodríguez.

Luego de aquél partido, el periodista uruguayo Ricardo Lorenzo Rodríguez, conocido como "Borocotó", tituló en una columna de la afamada revista deportiva: "Jugó como una máquina el puntero".

Todo surgió a raíz del comentario que recibió de un simpatizante del equipo llamado Regard, tras la victoria por goleada frente a "Chaca" por la octava jornada del certamen.

Carlos Peucelle dijo en una ocasión que "La Máquina de River" fue un invento de "Doña Rosa", la mamá de Adolfo Pedernera. 

Había nacido así el rótulo que recibiría la mítica delantera "millonaria", aunque en aquel encuentro el quinteto estuvo conformado por Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Deambrossi.

El célebre equipo diseñado por Renato Cesarini tenía como formación base en sus orígenes al arquero peruano José Eusebio Soriano, Ricardo Vaghi y Norberto "Estampilla" Yácono; Bruno Rodolfi, José Ramos y Luis Ferreyra, y al quinteto fulminante: Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Ángel
Amadeo Labruna y Félix Loustau.

El "quinteto" oficial, casi un mes después.


Habría que esperar recién hasta el 28 de junio de 1942 (frente a Platense) para que ingresara Félix Loustau por Aristóbulo Deambrossi. Ese sería, oficialmente, el primer encuentro que disputaría la delantera más recordada del fútbol argentino.

El célebre quinteto vio su génesis de la mano del formador y exjugador del club Peucelle y ya venía deslumbrando en el torneo de 1941, pero todavía sin Loustau.

River se adjudicó el título de ese certamen de manera brillante con 44 unidades (se daban dos por cada victoria), producto de 19 triunfos, seis empates y cinco derrotas tras 30 jornadas.

"La Máquina" ganó 10 títulos oficiales durante la década del cuarenta y resultó considerada por la prensa especializada como el mejor equipo argentino en su momento y uno de los más notorios en la historia del fútbol mundial.

Se recuerda en particular de aquél conjunto a la célebre delantera, aunque también fue asiduo titular Alberto Gallo y alternó frecuentemente Ricardo Coll, además de producirse los estrenos de unos jóvenes Alfredo Di Stéfano y Amadeo Carrizo.

Por su estilo de juego, "La Máquina" fue muchas veces catalogada como pionera en la práctica del denominado "fútbol total" y el antecesor sudamericano de las selecciones de Hungría en los años cincuenta -con Ferenc Puskas como figura- y de Holanda en los setenta, con Johan Cruyff de estandarte.

Sin embargo, se le reconoce como fecha de nacimiento de ese equipo el 21 de septiembre de 1941​, cuando el entrenador Renato Cesarini, a instancias de Carlos Peucelle, pasó a Pedernera del wing izquierdo al centro del ataque.

A 80 años del bautismo de "La Máquina", el equipo que marcó época en River y la Argentina

Ese día River venció a Independiente por 4-0 con tres goles del "Gran Adolfo", quien a partir de entonces sería el conductor de la escuadra bajando desde su falsa posición de "nueve" hasta el centro de la cancha para armar juego con el ya consagrado José Manuel Moreno, quien años atrás había pasado a jugar de ocho
"todoterreno", dejándole su antiguo rol de "diez" a un veloz Ángel Labruna, capaz de aprovechar los espacios libres para recibir los pases en "cortada" y definir.

Si bien la base de este equipo perduró hasta 1947 inclusive, se le llamó "La Máquina" al período en que Pedernera jugó como centrodelantero entre 1941 y 1946 antes de pasar a Atlanta.

El cambio de posiciones en ataque y la posesión del balón serían utilizados como una constante en el equipo riverplatense. 

Desde 1943 a 1946 hubo otros 17 encuentros para la historia, con dos títulos y dos subcampeonatos, aunque como dato anecdótico nunca jugaron todos juntos el Superclásico ante Boca.

El 17 de noviembre de 1946, River empató 2 a 2 ante Huracán, en lo que fue el último cotejo de Pedernera en el conjunto "millonario".

A final de 1946, fue dejado libre luego de 12 temporadas en el club junto con el ya veterano Deambrossi, y para reemplazarlo River recurrió a un joven de inferiores que regresó luego de estar a préstamo en Huracán: Alfredo Di Stéfano.

A 80 años del bautismo de "La Máquina", el equipo que marcó época en River y la Argentina

Sin las características del gran Adolfo, la "Saeta Rubia" tomó la posta y llevó a River a la obtención del campeonato de 1947. En la punta derecha apareció Hugo Reyes, que no tenía las condiciones de Muñoz, ausente ese año, pero que no desentonó.

Sólo Labruna y Loustau permanecieron en River hasta 1959 y 1957 respectivamente. Los demás se fueron pronto: Moreno definitivamente en 1949, Di Stéfano en el mismo año y Muñoz en 1951.

Han pasado ocho décadas del nacimiento de aquella gran formación que no será olvidada, por haber brillado en la época de mayor esplendor del fútbol argentino, aunque la falta de Mundiales impidió dimensionar el verdadero poderío con la camiseta de la Selección.