Un hombre con la mira perdida en el futuro está por golpear con un martillo gigante un trozo de metal apoyado en un yunque, pero la escultura que lo inmortaliza está ubicada tan alto que apenas algunos de los que pasan caminando por el lugar pueden tomarse un par de minutos para observarla.

“El forjador”, que parece una obra surgida del posterior realismo socialista, es la obra que corona una edificación porteña que resulta una de las más llamativas obras del famoso ingeniero francés Gustave Eiffel, que logró el pase a la inmortalidad cuando consiguió que su apellido le diese nombre a la famosa torre de 300 metros que París inauguró en 1899.

Esa obra maestra de la ingeniería francesa se llamaba originalmente “Tour de 300 mètres” y fue producto de un diseño de los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier, que trabajaron junto al arquitecto Stephen Sauvestre sin saber que el dueño de los talleres en que se construiría quedaría en la historia como el único responsable

Gustave Eiffel.

Aquella torre, que fue construida en dos años, dos meses y cinco días, en medio de una gran controversia ya que muchos parisinos la veían como un monstruo de hierro que afearía la ciudad, le dio a la empresa de Eiffel una enorme popularidad, que llevó a que le llovieran pedidos de todo el mundo.

El trabajo para el edificio ubicado en Perú 535, en Buenos Aires, en cuya parte superior se se ubica la escultura que pocos advierten, le llegó a la empresa de Eiffel en 1906, y fue iniciativa del dueño de una fábrica de molinos de vientos, aunque luego funcionó allí una ferretería y más tarde una discoteca y salón de conciertos conocida como Museum.

Este solar en el barrio de Montserrat, a unos 500 metros de la Casa Rosada, que hoy es considerado Monumento histórico Nacional y recibe más visitas de extranjeros que de argentinos, había sido a partir de 1757 el lugar en que construyó su casa la familia de Vicente López y Planes, es decir el autor de la letra del Himno Nacional Argentino.

Como se estilaba en la época de vacas gordas que caracterizo el principio del siglo XX en la Argentina, claro que para aquellos que no tenían problemas de efectivo, todas las columnas y la herrería de obra fueron construidas en Francia, enviadas a Buenos Aires en barco y ensambladas en el lugar en forma artesanal, con remaches a fuego, en un proceso que se extendió durante diez años, bajo la dirección del arquitecto Lorenzo Siegeris.

El trabajo de Eiffel terminó embelleciendo aquella construcción que plantea un sótano, una planta baja y dos plantas de altura, sostenidas con estructuras de hierro como bandejas superpuestas, y que entusiasmó tanto a Gustavo Cerati que terminó siendo el set de rodaje del video del tema “La ciudad de la furia”, dirigido por Alfredo Lois cuando terminaban los ochenta y estaba de moda la estética de Win Wenders en “Las alas del deseo”

El video, que fue finalista de los premios MTV y elegido hace diez años en una encuesta de la Revista Rolling Stone como el mejor de la historia del rock en la Argentina, utiliza imágenes de la llamada Avenida Diagonal Norte e interiores del edificio de Eiffel, convertido en una cárcel, detrás de cuyas rejas canta Cerati algunas de las frases de la enigmática letra.

Soda Stereo 1989

El concepto del tema, el que alude a la furia de la ciudad tantas veces usado para describir el malestar social de ahí en más, incluye en el video dos personajes, que podrían ser el mismo: un hombre alado, es decir un ángel que extraña la tierra, y un habitante de los pueblos originarios, con su rostro tallado en piedra, que aparece sobre el final, casi sugerido  

Como en el video original, mucho antes de que la canción se convirtiese en un hit latinoamericano, figura una fecha. “Buenos Aires, mayo de 1989”, está bastante claro que la banda buscó que quedase en la historia con un comentario de la turbulenta situación social que presidió el gobierno del radical Raúl Alfonsín.

La utilización de la Diagonal, parte de una oleada de progreso en la ciudad en los inicios del siglo XX  -los músicos la trajinaban porque cerca tenía su oficina su representante- combinada con un edificio que parecía por entonces fantasmal era un telón de fondo ideal para ese diálogo que la banda buscaba entre estéticas pasadas y su visión del futuro.

Es que no siempre había habido conciencia sobre el valor patrimonial del edificio de Eiffel y su escultura, si se tiene en cuenta que alguna vez funcionó allí un depósito de telas y durante varios años posteriores estuvo abandonado, antes de convertirse luego de la crisis de 2001 en un “multiespacio” que albergó recitales de artistas tan diversos como Gilberto Gil, Die Toten Hosen y Ricky Martin.

El dueño de la empresa que pagó la construcción, el ingeniero mecánico Domingo Nocetti, decidió contratar a Eiffel porque necesitaba un salón especial para la exposición y la venta de los molinos, que por su tamaño y altura no cabían en ninguno de los galpones existentes en el área de la ciudad que le interesaba.

La vidriera que resultó para la empresa de Eiffel la inauguración de la torre parisina en la Exposición Universal de París, en medio de un período de optimismo histórico de la humanidad sobre su destino le posibilito construir muchas otras obras en Perú, Chile y Bolivia, incluyendo edificios públicos, mercados, almacenes, estaciones, terminales. catedrales y puentes.

La fama de Eiffel, que vivió 91 años hasta 1923, sufrió un golpe mortal cuando se vio implicado en un caso de corrupción en torno a la construcción del canal de Panamá, y aunque fue absuelto en el juicio ya había decidido dedicarse a la meteorología y la aerodinámica​

Su empresa, que también era una consultora, existía desde 1867 y entre otras cosas construyó un viaducto de hierro sobre el río Duero, entre Oporto y Vila Nova de Gaia, Portugal y en París La Rouche una estructura circular de tres pisos que parece una colmena.