"Una Musa", de Rosalba Carriera
En su juventud, la pintora veneciana, perteneciente al estilo rococó del siglo XVIII, se especializó en retratos en miniatura; tuvo el honor de formar parte de las más prestigiosas Academias de Arte, La Academia de San Luca, de Bologna y La Academia Francesa por aclamación.
Por Gisela Asmundo (*)
Cuando mencionamos a las musas o sentimos estar inspirados por ellas muchas veces desconocemos su concepción, las que han inspirado a los más maravillosos artistas; las musas de carne hueso y las otras las de origen divino, empecemos por estas últimas...
La Musa o las Musas, porque son una y varias a la vez, son hijas del dios griego Zeus y de Mnemosyne, su madre según la Teogonía, (obra poética escrita por Hesíodo; que contiene una de las más antiguas versiones del origen del cosmos y el linaje de los dioses de la mitología griega) es una de las numerosas divinidades del mundo titánico, hija de Urano y Gea, dioses del Cielo y de la Tierra.
Hesíodo, el poeta, explicó la naturaleza de las mismas, su filiación, su función y de qué modo le inspiraron ese canto que, por su naturaleza divina, fue una suerte de revelación.
Son ellas quienes un día enseñaron a éste un bello canto cuando pastoreaba sus rebaños al pie del divino Helicón, monte consagrado al dios Apolo y las Musas:
Y he aquí las primeras palabras que me dirigieron las diosas, Musas del Olimpo, hijas de Zeus que tiene la égida:
"Pastores de los campos, tristes oprobios de la tierra, que no ereis más que vientres! Nosotras sabemos contar mentiras que parecen verdades; pero también sabemos -cuando lo queremos- proclamar verdades"...
Aproximación a la obra "Una Musa"
Rosalba Carriera, era una experta en la utilización de las tizas al pastel, se conoce que se las mandaba a preparar especialmente para ella, denotando ser una sutil y exigente artista para evocar sentimientos.
El intenso contraste entre la carne de marfil y el fondo gris de Una Musa, imbuye al rostro de un divino resplandor.
Esta musa seductora gira con gracia la cabeza hacia la izquierda, y deja al descubierto la tensión de su cuello lozano y el rosado lóbulo tierno.
Una gasa transluce sus hombros, la artista interpretó la piel de porcelana, las mejillas enrojecidas y el cabello ondulado con colores pasteles sutilmente mezclados, creando una superficie suave y aterciopelada.
Rosalba Carriera, era conocida por arrastrar los lados de tiza blanca sobre un dibujo inferior de tonos más oscuros para capturar la textura reluciente del satén, en este caso para resaltar los rasgos faciales y las suaves cascadas de cabello empolvado.
La corona de hiedra se posa sobre una delicada cabeza de rizos dorados, fue una de las muchas imágenes idealizadas que Carriera hizo llamadas teste di fantasia, una clase de representación fantasiosa, en este caso de una mujer hermosa con una apariencia mitológica o alegórica.
Probablemente creó esta imagen para Augusto III, elector de Sajonia y rey de Polonia, uno de sus mayores coleccionistas, reunió más de ciento cincuenta pasteles y miniaturas.
Origen
Rosalba Carriera nació en Venecia, 7 de octubre de 1675, y su estilo de pintura es lo que se denomina Rococó.
El estilo Rococó nació en Francia a principios del siglo XVIII se desarrolló bajo los reinados de Luis XV y Luis XVI. Se situó como la culminación del Barroco, sin embargo, fue un estilo independiente que surgió como reacción al barroco clásico impuesto por la corte de Luis XIV.
Se caracteriza por una opulencia amanerada, por sus suaves perfiles y floridos toques, a la vez elegantes y por cierta preponderancia en el empleo de colores pasteles y dorados.
En pintura, los temas predilectos fueron las fiestas galantes y campestres, las historias pastoriles, las aventuras amorosas y cortesanas. Las composiciones tendían a convertirse en sensuales, alegres y frescas, en donde la figura femenina bella y seductora sirvió como fuente de inspiración.
Un estilo que buscó reflejar lo que es agradable, la vida diaria y las relaciones humanas, lo refinado, exótico y sensual, en contraposición con la temática religiosa barroca.
El Rococó por un tiempo se lo consideró como un estilo superfluo y banal, siendo finalmente aceptado en la historia del arte a mediados del siglo XIX.
Autorretrato de Rosalba Carriera sosteniendo un retrato de su hermana, pintado en 1715 (Galería Uffizi).
Rosalba Carriera en su juventud se especializó en retratos en miniatura, luego incursionará en la técnica del pastel, con la cual cosechará grandes logros.
Su familia provenía de clase media, de niña se dedicó a realizar patrones para encaje, comercio al cual se dedicaba su madre.
Con la popularidad del tabaco en polvo o rapé, (rapé, del francés significa rallado es un preparado a partir de las hojas de la planta del tabaco que se secaban, molían y habitualmente se aromatizaban para su consumo por vía nasal) Rosalba comenzó a pintar miniaturas para las tapas de las cajitas del mismo, y fue la primera pintora que usó marfil con este propósito. El marfil en las miniaturas, le daba esa luminosidad característica de sus obras, y el trazo veloz de la pintura veneciana.
A partir de su éxito como pintora de cajitas, Rosalba fue pionera en el uso exclusivo del pastel; los visitantes extranjeros y personalidades destacadas que acudían a Venecia, en su mayoría jóvenes hijos de la nobleza en su "gran viaje" y diplomáticos, pretendían ser retratados por la veneciana.
Entre los retratos de este primer periodo, se encuentran los de, Federico IV de Dinamarca, las damas más hermosas de la corte veneciana, autorretratos, incluso pintó a su hermana Naneta y Augusto de Sajonia.
La serie de autorretratos que Rosalba realizó, algunos se conservan en Venecia, en el museo del siglo XVIII en Ca' Rezzonico y también en las colecciones reales de Windsor.
Estos autorretratos revelan un desarrollo que se centra en lo más íntimo y moral de su persona, desde la jovialidad de la juventud en el que se pinta a sí misma mientras retrata a su hermana hasta alcanzar el último, de 1746, el del ocaso de su vejez, donde se representa con un rostro envejecido, impasible y resignado ante la inminente operación de cornea que sin éxito culminará con su ceguera.
En 1705, la aceptan como accademico di merito por la Academia de San Luca romana, un título reservado a los pintores no romanos, con la miniatura sobre marfil Fanciulla con colomba.
En 1720 es admitida en la Academia de Bolonia, y en 1721, durante su primer viaje al extranjero a París, sus retratos tuvieron un gran suceso.
Estate, Rosalba Carriera
En París, como invitada del coleccionista de arte, Pierre Crozat, conoce y retrata al afamado pintor Antoine Watteau, además de la nobleza y la realeza, y termina siendo elegida miembro de la Academia Francesa por aclamación. Hay que tener en cuenta por la época que estos lugares de prestigio no eran comúnmente ocupados por mujeres, esto puede dar una idea de la consideración y respeto que se promulgaba hacia Rosalba. También va a conocer al prestigioso pintor Maurice Quentin de La Tour.
Su hermana Angela, que también estaba en París en esos años se casará con el pintor italiano Giovanni Antonio Pellegrini que fue uno de los principales pintores de historia venecianos de principios del siglo XVIII. Pellegrini fue contratado por John Law, un financiero británico, para pintar el techo de la Grand Salle en el edificio del nuevo banco de Law. Formando parte del grupo su otra hermana, Giovanna, y su madre. Tanto Angela como Giovanna, especialmente esta última la ayudaban en las pinturas de retratos que le solicitaban.
Luego de su estancia en París regresará a Venecia estresada por la intensa vida social parisina en 1721, visitará Módena, su presencia esta documentada allí en 1723 para retratar a la familia de Este; luego en Parma, fue huésped de los condes Lantieri de Gorizia. En el año 1730, es convocada en la Corte de Viena por el emperador Carlos VI donde retrata a varios miembros de la familia real.
Posteriormente viajó a la corte del rey de Polonia, donde tuvo como alumna a la Reina. El rey Augusto poseía una amplia colección de sus pinturas, pasando a formar parte de la gran colección en la galería Alte Meister de Dresde.
Rosalba fue una artista exitosa y raramente abandonó Venecia, solo por ocasionales viajes, viviendo en su casa del Gran Canal y siendo soporte financiero de sus hermanas viudas y de su madre.
Era conocida por la dulzura de su disposición y su pulcra vestimenta, pero también por su melancolía y depresión, que se ha atribuido al hecho de que nunca se casó. Fue una pintora rigurosa y trabajadora que se dedicó exclusivamente a su arte.
Vivió hasta casi ochenta y dos años: murió el 15 de abril de 1757; sobreviviendo a toda su familia y pasando sus últimos años en la pequeña casa en el área de Dorsoduro de Venecia donde había pasado toda su vida.
Allegoria della musica, Rosalba Carriera
(*) Licenciada en Historia del Arte.
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