Siempre Puente, el dúo folk integrado por Franco Martino y Sol Vidales Beduchaud acaba de lanzar su primer disco, Se abre al cerrar, que abarca una mixtura de sonidos que van desde la ciudad de Buenos Aires hasta los Montes Apalaches.

Martino es un guitarrista argentino que desarrolló parte de su carrera profesional en los Estados Unidos como miembro del cuarteto Che Apalache, banda que fue nominada al Grammy en 2019 en la categoría Mejor Álbum Folk por su disco Rearrange My Heart, producido por Béla Fleck.

Ahora, junto a la cantautora, poeta y astróloga Sol Vidales Beduchaud encontró una sociedad musical que dio origen a las canciones que conforman este nuevo álbum. En diálogo con Noticias Argentinas, Martino contó cómo surgió el proyecto Siempre Puente: “En 2018, Sol quería grabar y producir sus canciones y una amiga le sugirió ponerse en contacto conmigo. Al conocernos, nuevas melodías y canciones fueron surgiendo en común y la idea original fue mutando. Así nació un proyecto que, a partir de su música y poética, busca ser nexo entre culturas, entre distintas sonoridades de América, para construir un puente desde la ciudad de Buenos Aires hasta los Montes Apalaches”.

La ciudad

El álbum tiene una base de instrumentos de cuerda, tales como guitarras, banjos, contrabajos, violines, y mandolinas acompasados por tambores de candombe. Y, como describem ellos, “el folk, el campo, la música montañesa y la ciudad tiñen ocho historias viajeras, pluriculturales, que construyen un puente entre toda Ámerica”.

- ¿Cómo fue el paso artístico de Che Apalache a esta nueva etapa?

Tocar con Che Apalache significó un gran crecimiento para mí y una manera de profesionalizarme en el mundo de la música. Haber grabado junto a Béla Fleck como productor me motivó a empezar a producir y grabar mi propia música. Todo lo aprendido durante esos años se ve reflejado en el disco nuevo de Siempre Puente, donde las canciones son 100% acústicas, lideradas por armonías vocales, acompasadas por instrumentos apalaches y rioplatenses.

- ¿Cómo fue la recepción y experiencia cultural en Estados Unidos?

Nos fuimos de viaje principalmente para asistir a algunos festivales folclóricos de verano donde la gente acampa y se reúne a tocar música de los Apalaches old time como honky tonk, bluegrass, cajun y blues. La comunidad musical de estos festivales nos hizo sentir como en casa, abriéndonos las puertas, enseñándonos su folclore y haciéndonos parte de él. Intercambiamos chacareras, candombes y tangos por fiddle tunes, country songs y también aprendimos algunas danzas divertidas.

El loto

- ¿Contános un poco sobre el proceso creativo del álbum?

Todas las canciones surgen de una guitarra y un papel en blanco, un juego de palabras y una pronta melodía que se va dejando revelar poco a poco. Este álbum tiene canciones del pasado, escritas hace más de diez años, canciones nuevas y canciones recién nacidas. Se abre al cerrar, lo antiguo y lo contemporáneo danzan en un presente sin tiempo, habilitándose el uno al otro, para que la rueda de la vida siga su curso. Este disco fue eligiendo su propio ritmo de creación y sobre todo de grabación, viéndose interrumpido y fraccionado por sucesos de profundo aprendizaje.

- ¿Dónde grabaron?

Comenzamos a grabar en nuestra casita de Mar del Plata, hasta que un día, entraron a robar y se llevaron todo el equipo de sonido y grabación que estábamos usando. Todo se detuvo, incluso la claridad en nuestras mentes y afloraron emociones, dudas, miedos y certezas que cambiaron el curso de nuestras expectativas. Pero hay algo que no cambia y es la presencia incondicional de nuestros amigos y familia, que con su abrazo de comunidad hicieron posible la recuperación de los elementos necesarios para continuar con este proyecto. Así fue que volvimos a la ciudad de los Locos Aires y lo terminamos.

- ¿Qué otros músicos participan del álbum?

La ciudad nos regaló la posibilidad de grabar con grandes amigos y artistas que le dieron ese toque mágico y final a las canciones. Participan Mariana Suárez del Cerro, Nicolás Acosta, Juan Cruz Galcerán, Agustín Rubin de Celis y Amy Alvey. Además contamos con el trabajo de Sebastián Vitale en la mezcla y Nacho de La Riega en la masterización.

Enciendo el velo