La escritora británica Samantha Harvey ganó el Premio Booker 2024 por su novela Orbital, una obra que transcurre en la Estación Espacial Internacional y que ha sido elogiada por su “belleza y lirismo”, según destacó el jurado

La decisión sorprendió a muchos, ya que la favorita de las casas de apuestas era James, de Percival Everett, una relectura de Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain desde la perspectiva de un esclavo fugitivo.

Harvey, de 49 años, dedicó el premio “a todos los que hablan a favor de la Tierra y de la dignidad humana”. Durante su discurso, recordó cómo Orbital nació de su fascinación por las imágenes de la Tierra vistas desde el espacio, que observó en transmisiones de YouTube mientras escribía la novela durante la pandemia. Al situar la historia en el espacio, Harvey se inspiró en la fragilidad de la Tierra y en cómo esta vista a la distancia puede resultar “íntima y doméstica”.

Un viaje literario en órbita

El presidente del jurado, Edmund de Waal, definió a Orbital como “una novela milagrosa que convierte nuestro mundo en algo extraño y profundamente resonante”. La obra explora la vida cotidiana de astronautas y cosmonautas que, desde la órbita, ven 16 amaneceres y puestas de sol al día y perciben el paso del tiempo de una manera única. De Waal elogió a Harvey por su capacidad de transformar la Tierra en un objeto de contemplación profunda, y señaló cómo su prosa despierta en el lector una sensación de asombro.

Con apenas 136 páginas, Orbital es la segunda novela más corta en ganar el Booker desde que se creó el premio en 1969. Harvey es la primera mujer en recibir este galardón desde 2019, año en que Margaret Atwood y Bernardine Evaristo compartieron el premio por Los testamentos y Niña, mujer, otras, respectivamente.

Cinco finalistas de alto nivel

La obra de Harvey superó a otros cinco títulos finalistas, que incluían a James, de Everett, y Creation Lake, de Rachel Kushner, sobre una espía infiltrada en un grupo de activistas ecologistas. También figuraban entre los nominados Held, de Anne Michaels; The Safekeep, de Yael van der Wouden; y Stone Yard Devotional, de Charlotte Wood.

Este año, el Premio Booker, dotado con 50.000 libras (64.000 dólares), reafirmó su alcance global. Desde que se abrió a autores de cualquier nacionalidad en 2014, el Booker se consolidó como una referencia en la literatura en inglés, impulsando las carreras de escritores de todo el mundo y llevando sus obras a un público internacional.

Un enfoque innovador en la narrativa espacial

Críticos británicos y estadounidenses han elogiado la novela. En The New York Times, Joshua Ferris destacó que, aunque Orbital casi no tiene argumento, se sustenta en la descripción detallada de las tareas cotidianas de los astronautas y en la visión de la Tierra desde el espacio. “A veces, el asombro y la belleza bastan”, escribió Ferris, subrayando la calidad lírica de la obra.

En una de las escenas más comentadas, Harvey describe a los astronautas observando la Tierra como si fuera “el rostro de un amante exultante; la ven dormir y despertar, y se pierden en sus hábitos”. Este enfoque introspectivo y contemplativo marca un giro en la literatura de ciencia ficción, que suele centrarse en conflictos épicos o descubrimientos tecnológicos, mientras que Orbital se enfoca en la relación humana con el planeta desde la distancia.

Una trayectoria literaria consagrada

Samantha Harvey, autora de cuatro novelas anteriores, se dio a conocer en 2009 con The Wilderness, finalista del Premio Booker, una obra sobre un hombre con Alzhéimer. Más tarde publicó The Western Wind en 2018, ambientada en la Inglaterra medieval y centrada en la misteriosa muerte de un rico terrateniente. También es autora de Un malestar indefinido: un año sin dormir (2020), unas memorias sobre su lucha contra el insomnio.

La victoria de Harvey en el Booker se une a una lista de galardonados que incluye a autores como Kazuo Ishiguro y Marlon James, y coloca a Orbital en el centro de atención de lectores y críticos en todo el mundo.