Roy Orbison, una vida marcada por los éxitos, la tragedia y un regreso triunfal
El legendario músico murió hace 35 años. Fue protagonista central del boom del rock and roll en la década del cincuenta y formó junto a Bob Dylan, George Harrison, Tom Petty y Jeff Lynne uno los grandes supregrupos de la historia de la música.
Hace 35 años, el 6 de diciembre de 1988, el mundo perdió Roy Orbison, uno de los íconos musicales más influyentes de todos los tiempos. Su historia es un relato fascinante de éxitos, altibajos y dos tragedias que lo marcaron para siempre, pero que nunca alteraron su inconfundible voz, que dejó una huella imborrable en la historia del rock and roll.
Roy Kelton Orbison había nacido el 23 de abril de 1936, en Vernon, Texas. Desde temprana edad, mostró un interés innato por la música y aprendió a tocar la guitarra, el piano y la armónica. Su carrera comenzó a despegar en la década del cincuenta cuando formó parte de la banda The Teen Kings.
Muchas de las primeras canciones que grabó fueron producidas por Sam Phillips, quien producía a Johnny Cash, Jerry Lee Lewis, Carl Perkins y Elvis Presley.
The Teen Kings fueron al Sun Studio en Memphis, donde Phillips quería que se grabara el sencillo Ooby Dooby en su estudio. La canción fue liberada con el sello Sun 242 en mayo de 1956 rompiendo las listas en Billboard Hot 100 llegando al número 59 y vendiendo 200 mil copias. Ooby Dooby marcó el inicio de una carrera que se convertiría en leyenda.
The Teen Kings tuvieron una gira con Sonny James, Johnny Horton, Perkins y Cash. Con gran influencia de Elvis, se presentó frenéticamente haciendo que "todos le aplaudieran porque teníamos un solo éxito".
En la década del sesenta, Orbison alcanzó nuevas alturas con una serie de éxitos que definieron su estilo único. Only the Lonely, Running Scared y Crying son solo ejemplos de su habilidad para combinar el rock and roll con elementos de música clásica, creando baladas emocionales que resonaban en el corazón de sus oyentes. Su característico timbre de tenor, a menudo acompañado por poderosos coros femeninos, contribuyó a la singularidad de su sonido.
Sin embargo, el éxito no siempre estuvo garantizado. Orbison experimentó un declive comercial a mediados de los sesenta, pero su resurgimiento fue impresionante. En 1987, se unió a la banda supergrupo Traveling Wilburys, junto a Bob Dylan, George Harrison, Jeff Lynne y Tom Petty. Su contribución a la banda revitalizó su carrera, produciendo éxitos como Handle with Care.
El reconocimiento no solo vino en forma de ventas récord, sino también con premios. Orbison fue introducido al Salón de la Fama del Rock and Roll en 1987 y recibió un premio póstumo Grammy por Oh, Pretty Woman en 1991. Su impacto en la música no se limitó a su época; su influencia ha sido citada por artistas contemporáneos, demostrando la atemporalidad de su arte.
Una vida marcada por dos tragedias
Su esposa Claudette murió en un accidente de motocicleta en 1966 y dos de sus hijos murieron en un incendio en 1968.
Estas tragedias profundizaron en sus composiciones, añadiendo una capa de melancolía que resonaba con la audiencia.
El último concierto de Roy Orbison
El 4 de diciembre tocó en Highland Heights, Ohio. Agotado, regresó a su casa en Hendersonville, Tennessee, para descansar durante unos días antes de volar de nuevo a Londres para grabar dos vídeos de The Traveling Wilburys. El 6 de diciembre de 1988, pasó el día jugando con aviones de modelaje con sus hijos. Tras cenar en casa de su madre, Tennessee, Orbison murió de un ataque al corazón. Tenía 52 años.
En enero de 1989, Orbison se convirtió en el primer músico desde Elvis Presley en tener dos álbumes en el Top Five al mismo tiempo, con Mystery girl y Traveling Wilburys Vol. 1.
A 35 años de su muerte, su música sigue siendo una influencia palpable en la escena musical. Sus baladas emotivas, su distintiva presencia escénica y su capacidad para transmitir las complejidades del amor y la pérdida lo convirtieron en un ícono eterno.