Por Belén Canonico

La muerte de Joaquín Salvador Lavado Tejón, conocido popularmente como Quino, golpeó fuerte a los argentinos y tiñó a las redes sociales de luto. Y claro que esta reacción era la más esperable, porque con las tiras de Mafalda, el dibujante marcó la vida de varias generaciones tanto en nuestro país como en el resto del mundo.

Esta nena de seis años, de pelo enmarañado, preguntona y rebelde surgió en 1964, cuando tras varios trabajos destacados, Quino fue convocado por la marca de electrodomésticos "Mansfield" para crear una campaña de publicidad encubierta con una protagonista que tuviera un nombre con M.

Aunque la campaña nunca se llevó a cabo, Mafalda se publicó por primera vez el 29 de septiembre de 1964 y junto a grandes personajes como Guille, Susanita, Manolito, Miguelito y Libertad, rápidamente se ganaron el corazón de sus lectores por sus cuestionamientos frente a las injusticias, las imposiciones de la sociedad y lo que pasaba en el mundo y convirtió a Quino en el humorista gráfico más influyente de la Argentina.

Así fue como Lavado Tejón recibió el reconocimiento con el que soñaba cuando era chico en su Guaymallén natal y fantaseaba con vivir de su arte. Pero tras casi diez años de dibujar a Mafalda y con sus tiras recorriendo el mundo, decidió darle un cierre a su personaje más entrañable, argumentando que ya no tenía más ideas.

Pasaron más de 45 años desde la última publicación de Mafalda. Sin embargo, Quino logró que su obra perdure en el tiempo y que hasta el día de hoy sus planteos se mantengan vigentes. Por su talento, su humildad y el cariño que siempre despertó en sus seguidores, Joaquín Salvador Lavado Tejón dejó un huella enorme en el corazón de cada uno de sus lectores.

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Quino, el historietista argentino que trascendió fronteras
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