El escritor Cormac McCarthy, autor de novelas como La carretera y No es país para viejos, murió este martes a los 89 años, según confirmó su hijo John y la editorial Penguin Random House, que publicó sus novelas en los últimos años.

John McCarthy informó que su padre murió por causas naturales en su domicilio de Santa Fe, Nuevo México, en declaraciones publicadas por la periodista Alexandra Alter del The New York Times.

McCarthy había publicado hace poco más de seis meses dos novelas, Stella Maris y El Pasajero, que se vendían juntas, lo que demuestra que ha estado activo casi hasta el final de sus días, aunque la editorial ya hizo saber entonces que no iba a conceder ninguna entrevista ni a participar en labores de promoción.

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El diario The Washington Post define sus novelas como "líricas y con frecuencia brutalmente violentas", que no ahorraban escenas de salvajismo ni de ternura, todo ello en un afán de "explorar el lado oscuro del alma humana".

Algunos críticos habían comparado su estilo al de grandes clásicos americanos como William Faulkner o Herman Melville.

McCarthy publicó a lo largo de su vida doce novelas, dos obras de teatro, cinco guiones y tres historias cortas; de las novelas, las que más prestigio le dieron fueron Todos los hermosos caballos (1992, Premio Nacional del Libro y Premio Nacional de la Crítica) y La carretera (2006, Premio Pulitzer), que relata una huida sin rumbo de un padre con su hijo menor en un mundo postapocalíptico, que fue llevada al cine.

Sin embargo, fue tal vez No es país para viejos (2005) la que tuvo más resonancia gracias a la adaptación cinematográfica de los hermanos Coen y a la actuación en ella del protagonista Javier Bardem, una cinta que también fue reconocida con cuatro premios Oscar.

McCarthy, que vivió en Ibiza, España, y en El Paso, Texas, hablaba español y no era raro que insertase diálogos en ese idioma sin traducción en algunas de sus novelas; algunos críticos señalaroo que en la prosa de McCarthy el español y el inglés se modulaban mutuamente y eso constituía un hecho diferencial de su estilo.