Por Martín Sassone

Bryan Lee es una institución de Nueva Orleans, aunque haya vivido allí la mitad de su vida. Se radicó en 1982 cuando tenía 39 años y para entonces ya había acumulado un digno curriculum blusero: venía de tocar bastante en su Wisconsin natal, donde se ganó la amistad y el respeto de Luther Allison, y había sido telonero de Muddy Waters. Este último fue quien le dijo una frase que lo marcaría por el resto de su vida: “Bryan, amigo, nunca dejes de tocar. Algún día serás una leyenda”.

Bryan Lee murió este viernes a los 77 años. Así lo despidieron en su página de Facebook: “Bryan dedicó su vida a compartir su don de la música. En las notas de su reciente álbum de blues-gospel, Sanctuary, escribió: ‘Un regalo no es un regalo a menos que lo compartas. Dios me dio el regalo del blues y quiero compartirlo contigo’. Dedicó cada uno de sus 18 álbumes primero a Jesucristo, su Señor y Salvador, y su pasión brillaba con cada nota”. De esta despedida y de las letras de sus canciones se desprende que era un hombre muy religioso, además de un guitarrista extraordinario y un gran cantante.

Quedó ciego cuando tenía ocho años y, como muchos músicos de su generación, creció escuchando la radio. Así llegó el sonido del blues a sus oídos, género que luego combinaría con su fe para darle identidad a su música. Primero quedó atrapado por el sonido de T-Bone Walker y el de Elmore James y más tarde se metió profundamente a estudiar el blues de Chicago. Pero fue el estilo de Freddie King el que más lo movilizaría.

Bryan Lee blues guitar solo "The Bounce"

En Nueva Orleans se reinventó como el Braille Blues Daddy y durante décadas tocó hasta cinco días a la semana en casi todos los bares del Barrio Francés, especialmente el Old Absinthe House. Fue precisamente en ese lugar donde le dio un espaldarazo a Kenny Wayne Shepherd, a quien presentó arriba del escenario cuando apenas tenía 13 años.

Shepherd lo despidió por redes sociales: “La comunidad de blues perdió a una leyenda y yo perdí a un querido amigo y mentor. Bryan Lee me dio mi primera oportunidad en un escenario frente a una audiencia en Bourbon Street, en Nueva Orleans, cuando tenía 13 años. Se suponía que debía tocar solo dos canciones con su banda, pero Bryan no me dejó bajar del escenario hasta las 4 am. Así comenzó una amistad de toda la vida. Esa noche en el escenario, Bryan me dio confianza para seguir adelante como intérprete. Su guía y aliento fueron monumentales para un niño que intentaba abrirse camino en el negocio de la música. He mantenido el espíritu de Bryan conmigo y en mi música a lo largo de los años e hice todo lo posible para mantenerlo involucrado en las cosas divertidas que estábamos haciendo. En mi documental 10 Days Out Blues From The Backroads se puede observar el interior del alma de un hombre que nació para tocar blues. Descansa en paz Bryan. Te queremos mucho”.

https://twitter.com/KWShepherd/status/1297202599800823808

Bryan Lee se hizo un nombre en Nueva Orleans. Si no fue más popular a nivel mundial se debió a los problemas de salud que lo aquejaron durante su vida. No pudo tener una regularidad con las giras, aunque sí tocó en Europa y, en Sudamérica, participó de un festival de blues en Brasil, donde conectó muy bien con la banda de Igor Prado.

Su fervor religioso lo llevó a superar uno de los momentos más críticos de su vida cuando, en 2004, el huracán Katrina destruyó su estudio de grabación y todos sus equipos. “Al principio quedé devastado, pero luego lo pensé en que mis seres queridos estaban bien y le agradecí a Dios”, comentó luego. Así era Bryan Lee.

Bryan Lee - I'll Play the Blues for You