Por Gisela Asmundo.

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La Montagne Sainte Victoire, Cézanne, 1904/6 Oleo sobre tela, 73 x 91 cm. Filadelfia, Museum of Art.

En 1895, el pintor francés de un pequeño pueblo de Aix en Provence, Francia, recibió la primera exposición individual de su obra en el corazón del mundo del arte, París. Esta gran exposición que exhibía 150 obras era necesaria para la fama y el éxito financiero del artista.

Paul Cézanne había estado creando durante más de cuarenta años con poco reconocimiento público, pero cuando se inauguró su exposición no estaba allí, estaba en su casa en la Provence, pintando.

Cézanne perteneció a la generación de los pintores impresionistas del siglo XIX, pero él no se adhirió a ese movimiento; sin embargo los descubrimientos relativos a la luz influenciaron en su pintura.

La vocación por lo inmutable, unida al desprecio por lo fugitivo y transitorio, explica su alejamiento del Impresionismo y de la urbe, e indica también su voluntad de reconciliar el estudio del natural y sus estudios en el museo.

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Jamás fue un artista espontáneo ni siquiera en su primer periodo sensiblemente más romántico, cuando no podía ocultar la emoción de esos motivos que representaba.

Fue un hombre tímido y hosco, que prefería la soledad y la exclusión en su pueblo que el esnobismo y la confrontación bulliciosa de los agentes del arte de París.

Tenía la costumbre de quedarse horas y horas frente al mismo lienzo, trabajando días y días sobre el mismo motivo hasta la obsesión, como una ecuación sin resolver; para capturar “su pequeña sensación" como él acostumbraba a llamar al estudio exhaustivo pictórico de lo esencial.

Muy pocas personas llegaron a ver a Cézanne con el pincel en la mano, porque no soportaba la molestia de ser observado.

Según Emile Bernard éstas eran algunas de las premisas expresadas por Cézanne:

"Leer la naturaleza es verla bajo el manto de la interpretación mediante manchas coloreadas que se suceden según una ley de armonía. Estos grandes tonos se analizan así a través de la modulaciones. Pintar es registrar sus sensaciones coloreadas. Uno no debería decir modelar, sino modular. La sombra es un color como la luz, pero es menos brillante; luz y sombra solo son una relación entre dos tonos".

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Cézanne reemplazaba la luz por el color y el aspecto característico de su pincelada provenía de la yuxtaposición de mosaicos de tonos separados y fundidos ligeramente unos entre otros, como si se tratara de un “tapiz”, esa es la bella sensación ante sus pinturas; y ese era su distintivo "toque constructivo”.

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Paul Cézanne, 1906.

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Del Impresionismo adoptó el abandono de las convenciones de taller, la liberación del color, el pintar a “plain air” (aire libre) para acatar las lecciones que le brindaba la naturaleza. La impresión óptica del Impresionismo no le fue suficiente, de la tradición clásica tomó el rigor de la estructura, la lógica de la organización, el anhelo de universalidad.

Para él era imprescindible retornar a la composición rigurosa del pintor Poussin, pero como hombre de su tiempo.

Pretendía pintar "el ser” de las cosas, su permanencia y lo inalterable, rechazando las estilizaciones formales y los sistemas muy fijos del post-impresionismo, como los de Gauguin y sus seguidores.

Existió una época en donde Cézanne pareciera ser solía realizar bosquejos o estudios ejecutados en una sola sesión, con la impetuosidad de la mano, estas obras estuvieron en algún momento colgadas en la pared de su casa de Jas de Bouffan. Para ese tiempo sus modelos predilectos a seguir eran algunos grabados de artistas españoles e italianos del siglo XVII.

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Cuando el pintor Maurice Denis le preguntó a Cézanne que lo había llevado de esa fogosidad de ejecución a la técnica paciente del toque separado, él le respondió: “Es que no puedo reflejar mi sensación de primeras; entonces vuelvo a poner color, vuelvo allí como puedo. Pero cuando comienzo, busco siempre pintar en plena pasta como Manet, dando la forma con el pincel"

Para él no había lineas o modelado, solo había contrastes. "Cuando el color posee su riqueza, la forma posee su plenitud”. Las formas que Cezanne pensaba para pintar se reducían a las formas de los cuerpos redondos de "la esfera, el cono y el cilindro”.

Aproximación a la obra:

“La naturaleza es más en profundidad que en superficie”.

Existe un visión íntima del hombre que ha pasado toda una vida mirando esta montaña desde distintos puntos de vista y comprendiendo su propia experiencia visual.

Ha inventando un lenguaje visual para retratar esa experiencia.

Cézanne será realmente importante para El Cubismo, si pensamos en una pintura como El Viaducto de Braque en “L’estaque”, se puede observar como piensa Braque sobre las formas en términos de construcciones geométricas.

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Georges Braque, 1908, Maisons à l'Estaque (Casas en L'Estaque), óleo sobre lienzo, 73 x 59,5 cm, Kunst Museum.

Pero la razón porque Braque y Picasso se abrirían completamente de lo que tenemos aquí es gracias a la causa de que Cézanne comenzó a investigar lo qué significaba romper el contorno.

Por ejemplo, en las casas en primer plano de la obra de Cézanne, podemos ver la forma en que el color del campo entra en el área que debería ser solo el rojo del techo. Es solo una sutil apertura de forma muy leve, mientras que Braque y Picasso lo que harán es desmantelar las formas casi por completo. Entonces, en retrospectiva del siglo XX, vemos esto como una afirmación de la llanura de los lienzos, una negación del ilusionismo que fue una parte tan importante que comenzó en el Renacimiento.

No deberíamos decir una negación completa porque todavía podemos ver la montaña en el fondo, todavía podemos ver el primer plano de las colinas, sin embargo, todas las señales sutiles que se habían acumulado en la pintura de paisajes en los siglos anteriores se han omitido. Normalmente, esperamos ver la perspectiva atmosférica, esperaríamos ver el cielo y las montañas a la distancia desvaneciéndose y volviéndose menos brillantes en colores menos claros en su enfoque.

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Lo que Cézanne estuvo haciendo es tratar cada parte de este lienzo de la misma manera. En lugar de utilizar la perspectiva atmosférica para crear un sentido de forma, el artista simplemente delineó la distancia por elección de color. Por lo tanto tenemos marrones azulados en primer plano, rojizos y verdes en el medio, y azules en la mayor área distante, pero es una especie de asociación arbitraria de lugar con color.

Cézanne fue capaz de crear un mayor grado de ambigüedad al llevar el color de un reino al otro.

La forma en que tomó el púrpura gris del primer plano inmediato y lo construyó en el cielo, en relación entre sí, ese cielo como se presenta, es una investigación de paisaje; algo muy diferente de lo que estaban haciendo los impresionistas. Cézanne no trató de capturar el efecto transitorio de la luz y la atmósfera, como habrían hecho ellos, sino que buscó representar la permanencia y el volumen del mismo, de ahí que se perciba como algo sólido.

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Paul Cézanne:

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Paul Cézanne, c. 1861.

“Me he jurado morir pintando”

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Nació el 19 de enero de 1839 en Aix-en-Provence, Francia, en el seno de una familia acomodada, su padre fue un acaudalado banquero para la época.

En 1874, cuando Cézanne presentó Una Moderna Olimpia, en la sala de Nadar inspirado en el famoso cuadro de La Olimpia de Manet, se burlaron de él, característico de un periodo todavía influenciado por el Romanticismo.

Su vida se desarrolló bajo el símbolo del rigor, la rutina y los hábitos de un hombre sencillo y solitario. Nada que haga sobresaltar esa vida, ningún escándalo, ninguna rareza.

Su educación humanística, sus estudios clásicos, el colegio Bourbon, al que había concurrido en 1852 junto con su amigo el escritor Emile Zola, la misma Escuela de Dibujo en Aix habían despertado su pasión por las letras, la música, fue un gran admirador de Wagner y la poesía. (Ed. Orbis, 1994, p.2).

Finalmente se iba a dedicar a la pintura abandonando los cursos de derecho para complacer a su padre.

Se trasladaría luego en 1861 a París a estudiar en la Académie Suisse, donde conoció al pintor Pissarro.

En la ciudad asistiría al Louvre a realizar estudios de otros artistas, y también de las telas expuestas en El Salón. Pero poco tiempo después de sus confrontaciones con el mundillo parisino y tras ser rechazado por la Escuela de Bellas Artes y sus multiples fracasos, decidió huir a la tranquilidad de su pueblo.

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Volvería luego nuevamente a la capital francesa y a la Academia Suiza. Se volvió a reunir con Pissarro y conocería a los pintores Renoir, Monet y Sisley. Visitaría con Zola el Salón de los Artistas Rechazados donde se entusiasmó con Manet. Pero sentía más admiración por el Realismo de Courbet y el Romanticismo de Delacroix.

Durante sus viajes entre París y la Provence conoció a Hortense Fiquet, con la cual tuvo a su hijo, en 1872, en 1886 se casaría con ella. Cézanne le dedicó a Hortense algunos de sus retratos.

En 1870 a causa de la guerra franco-prusiana se excluyó en una aldea a orillas del mar, L’Estaque.

Asustado por el primer fracaso Cézanne rechazó participar de la segunda exposición de los Impresionistas en 1876, comenzando su periodo artístico denominado “constructivo”.

Se sabe que su amigo el escritor Emile Zola escribió una novela en donde lo hizo protagonista , titulada L’oeuvre (La Obra) publicada en 1886, en donde relata la historia de un pintor frustrado, incapaz de realizarse. Cézanne se sintió profundamente dolorido y afectado, a partir de ahí rompería con una amistad de toda una vida. (Ed. Orbis, 1994, p.3).

Zola nunca supo comprender la poesía de la obra de Cézanne, la solidez y versatilidad, el trabajo y la creación de una manera de ver diferente.

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"Los Jugadores de Cartas”, 1890-1892, 5ta versión, Oleo sobre tel, 45 x 57 cm., París, Musée dÓrsay.

Paradójicamente con el devenir del tiempo, una versión de "Los Jugadores de Cartas” de Cézanne, se vendió en el 2011 a la familia real de Qatar por $250 millones de dólares, siendo hasta el 2017 considerada la obra más cara vendida en el mercado del arte.

El último periodo fue el denominado “sintético" en donde confluyó finalmente toda la intención de su manera de sentir el arte, en donde las formas se reducen a términos esenciales. Su gran obra maestra Las Grandes Bañistas de 1906, un tema que centró la actividad de Cézanne de los últimos treinta años.

El tema de las Bañistas tiene como decorado natural las orillas del río Arc, que corre próximo a su pueblo.

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“Las Grandes Bañistas” Cezanne, 1898-195, Oleo sobre tela, 208 x 249 cm., Filadelfia, Museum of Art.

Cézanne murió el 22 de octubre de 1906, unos días antes de su muerte una fuerte tormenta lo había sorprendido al aire libre, pintando.

Falleció de neumonía, y fue enterrado en el cementerio de su amada ciudad natal en Aix-en-Provence. Pudo cumplir los anhelos de su vida, morir pintando y convertirse en unos de los más respetados artistas.

Como sostuvo Pablo Picasso: «Cézanne es el padre de todos nosotros».

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‘Madame Cézanne, con un vestido rojo’ (1888-90), de Cézanne. THE METROPOLITAN MUSEUM OF ART.

Por Gisela Asmundo, lic. en Historia del Arte.
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