Por Gisela Asmundo

Licenciada en Historia del Arte

"La adoración de los reyes", es una formidable obra sobre tabla que estalla de color y belleza, una nueva aproximación a un tema tradicional de parte del maestro Jan Gossaert, que deja sin aliento al contemplarla.

El panel, que mide 179,8 x 163,2 cm, está formado por seis tablas de roble, colocadas verticalmente, y cortadas radialmente. Las juntas a tope se reforzaron con tacos.

El nombre de Gossaert era de hecho Jean Gossart, aunque la traducción holandesa 'Jan Gossaert' ganó popularidad gradualmente durante la segunda mitad del siglo XIX y se convirtió en estándar durante el siglo XX.

Se le conoce también como "van Mabuse", de Maubeuge, donde nació alrededor de 1478. Maubeuge estaba en el condado imperial de Hainault, entonces parte de los Países Bajos de Borgoña pero ahora dividido entre Bélgica y Francia. Una ciudad de habla francesa, Maubeuge se convirtió en parte de Francia en 1678.

En agosto de 1600, Alberto e Isabel, los gobernantes de los Países Bajos españoles, que regresaban de Oudenaarde a Bruselas, visitaron la abadía, vieron el cuadro y pidieron comprarlo.

El 5 de abril de 1601, Alberto autorizó un pago de 2.100 libras esterlinas al abad por su obra.

Debía colocarse en el altar mayor de la capilla del palacio de Bruselas. El cuadro fue reformado e instalado en la capilla en 1603. Y el mismo se menciona en varias fuentes del siglo XVII y principios del XVIII

Esta obra fue realizada alrededor de 1510-1515, usando pintura al óleo sobre un largo panel de roble. No se ha encontrado ninguna referencia a la obra antes de 1600, fue creada como una pieza para el altar, para la Abadía de San Adrian en Geraardsbergen o Grammont, lo que es ahora Bélgica. Siendo encargada por un hombre rico llamado Daniël von Boechout un noble muy bien relacionado.

Su madre, Johanna van Vianen, y el hermano de su padre, Daniel van Boechout, vizconde y castellano de Bruselas, eran los miembros principales de una noble compañía que fue en 1440-1 al Ayuntamiento de Bruselas para inspeccionar la pintura de la ciudad. Evidentemente, una o más de las "Escenas de la justicia" pintadas por Rogier van der Weyden para la Cámara Dorada.

Los van Boechout estaban estrechamente relacionados con muchas de las grandes familias de Brabante y Lieja.

Daniël van Boechout probablemente sea el hombre con el cabello blanco arrodillado frente al niño y la virgen. Fue un hombre tan rico que pudo emplear al pintor líder en ese momento, como era Jan Gossaert.

El artista estaba tan orgulloso de esta obra que la firmó dos veces, una en el tocado del Rey Baltasar y luego en el cuello de uno de los acompañantes situado por detrás.

Viendo esta deslumbrante pintura, seguimos la historia Cristiana de de la misma, escrita en el Nuevo Testamento de la Biblia, que nos narra el nacimiento de Jesus. Situado en el medio del cuadro sobre los brazos de su madre Maria, que lleva puesto una envolvente túnica y capa de color azul.

El ultramar natural se encuentra en las túnicas de la Virgen; se han utilizado diferentes grados de azurita y lagos rojos que difieren en el tono; los halos de la Virgen y el Niño están pintados en concha de oro.

La técnica de moler el oro fue empleada por primera vez por los romanos. Su uso está vinculado a las ilustraciones de miniaturas. El origen de la aplicación de esta técnica en la iluminación de manuscritos proviene del norte de Francia a partir del siglo XIII y se preparaba formando una amalgama con mercurio que con la exposición a una fuente de calor daba como resultado oro en polvo. Tradicionalmente se guardaba en una concha de mar, por eso la alusión a este tipo de oro como 'oro de concha'.

Amarillo plomo-estaño y tierra amarilla se han mezclado con la pintura de la piel de las cabezas del hombre en el extremo derecho y el ángel en verde en la esquina superior izquierda, y probablemente también las cabezas de la Virgen, el pastor principal y otros protagonistas.

El medio es aceite de linaza; se ha detectado algo de resina, probablemente resina de pino, en una muestra del esmalte rojo del borde carmesí del ala de un ángel.

Detrás de la virgen y el niño a la izquierda del cuadro se asoma José con una túnica roja y encima de la escena brilla La Estrella de Belén que, según la tradición cristiana fue el astro que guió a los Reyes Magos al lugar del nacimiento de Jesucristo. El Evangelio de San Mateo (2:1) menciona que los Reyes la vieron aparecer al este:

Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén (2:2) y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en el este y hemos venido a adorarlo". Evangelio según San Mateo.

Mientras que en la escena pintada por Gossaert, la gente se apiña en el lugar, a la izquierda y a la derecha se ubican los Reyes que han venido junto un enorme séquito, a la derecha y a lo lejos de la colina todavía desciende una larga multitud serpenteando el camino. Debajo y en el centro un apiñamiento de pastores que también quieren ver al niño Dios.

Gossaert supo como atraernos hasta adentrarnos en la pintura, en sus detalles y en su drama, con una inmensa habilidad en el uso del espacio y sus contrastes.

Estando al nivel del suelo nos muestra un pavimento muy deteriorado, las baldosas rotas, la hierba que crece entre medio, un perrito que roe un hueso y a distancia otro pequeño perro sentado e indiferente.

Los pigmentos del suelo develan, que es tiza con pegamento animal y está cubierto por una fina capa de imprimación de blanco plomo mezclado con un poco de amarillo plomo-estaño.

Los reflectogramas infrarrojos revelaron cantidades considerables de dibujo subyacente, que parece estar en un medio líquido y que se aplica sobre la imprimación, y una gran cantidad de cambios realizados en todas las etapas de los procesos de dibujo y pintura, lo que en arte se denomina pentimento (en italiano, plural pentimenti, de pentirsi: arrepentirse) es una alteración en una obra que manifiesta el cambio de idea del artista acerca de aquello que estaba pintando.

Por encima de la virgen y el niño no aparece el establo usual sino un enorme y decadente palacio, construido en ladrillo que posee varias piezas elaboradas de decoración. Y en sus muros destruidos arbustos trepadores, toda la grandeza pasada del edificio muestra lo derruido del momento.

Las líneas principales de la arquitectura están reguladas pero el resto del dibujo es a mano alzada. No hay indicios de que se hayan utilizado métodos mecánicos de transferencia.

En lo alto de la pintura existe otra dimensión, el artista arrastra nuestra mirada hacia los ángeles a través del edificio, y hacia arriba del cielo. Por el techo caído ingresan una linea de ángeles que parecen esperar como aviones aterrizar en el centro de la escena. A cada lado están situados grandes ángeles coloridos, uno con alas de arco iris y los otros con túnicas de sofisticadas telas que alternan sus colores dependiendo del ángulo en que se las mire. Los ángeles están allí porque algo extraordinario y especial ha ocurrido.

Gossaert ha pintado a los reyes con estupendos detalles, llevan los más elaborados y costosos ropajes en completo contraste con el pequeño y desnudo niño. Sobre el piso descansan el sombrero y el cetro del rey.

El 2 de octubre de 1519, el abad Jan de Broedere anotó una descripción de las reliquias que se encontraban en la iglesia abacial de Geraardsbergen. El decimocuarto elemento de una lista de 33 era "una prenda de vestir de uno de los Reyes Magos". En La adoración de los reyes, el énfasis inusual en el esplendor de las túnicas de los mismos puede tener alguna conexión con la veneración de esta reliquia.

Baltasar lleva una extraordinaria corona de la que de los bordes cuelgan delicadas perlas con bordeado de oro, su túnica está forrada con piel de lince. Él lleva realmente extraordinarias y costosas botas de un cuero tan delicado que hasta se marcan los dedos de los pies.

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La deslumbrante tabla de "La adoración de los reyes" (1510-1515 ca.) del maestro Jan Gossaert

Detalle del Sacrificio de Isaac.

A la derecha Gaspar con su regalo de monedas de oro en una copa del mismo metal, llevando una capa con el más extraordinario terciopelo bordó, forrado con una lujosa y suave piel oscura.

En el capitel sobre la cabeza de Gaspar hay una representación del Sacrificio de Isaac, que prefigura la Crucifixión; quizás se contrasta con el friso de putti danzantes (motivos ornamentales consistentes en figuras de niños, frecuentemente desnudos y alados), que probablemente representan los placeres de la inocencia.

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La deslumbrante tabla de "La adoración de los reyes" (1510-1515 ca.) del maestro Jan Gossaert

Detalle del friso de bebés desnudos bailando.

En el extremo derecho, Melchor lleva todo tipo de bellos colores en el ropaje, con la tela bordada en hilos de oro, nuevamente con preciosos detalles.

Esto denota que son hombres extremadamente ricos los cuales han venido a ver a Jesús bebé.

Los reyes a su vez poseen rostros muy humanos y esto es muy importante en la historia que Gossaert ha contado. Esa humanidad hasta se ve reflejada en el lunar que pintó sobre la mejilla de Gaspar.

Los regalos pueden ser interpretados de diversas formas, una de ellas significaría, el oro era para tributo, el incienso para el sacrificio y la mirra para enterrar a los muertos, y los tres dones denotaban los poderes de Cristo como rey, Dios y hombre.

Es un momento tan pero tan especial donde el cielo y la tierra de repente colapsan, por así decirlo, el momento de reverencia al nacimiento del niño.

¡Espero que les haya gustado esta obra tanto como a mí!

El ojo del arte les desea que tengan una muy Feliz Navidad, con salud, paz y amor para todos.

¡Y un próspero Año Nuevo!

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