Para muchos, Ulises es la mejor novela del siglo XX. Ya había publicado Dublineses, en 1914, y Retrato del artista adolescente, en 1916, cuando se sumergió en una aventura por la que ganó tantos adeptos como detractores.

Lejos de su Dublín natal e instalado en París, ciudad a la que llegó por el poeta Ezra Pound, Joyce tenía su obra bastante avanzada, motivo por el que en 1917 decide comenzar a publicarla en formato serial en la revistas The Egoist, de Reino Unido, y Little Review, de Estados Unidos, pero el proceso no fue nada sencillo.

Su obra era distinta a todas las que la precedían. Con Dublín como escenario, cuenta la vida de Leopold Bloom, su esposa Molly y el joven Stephen Dedalus el 16 de junio de 1904, en un viaje de un día, algo opuesto a lo que planteó Homero en la obra a la que tomó como referencia.

James Joyce y la odisea por la publicación del Ulises

La elección de la fecha no fue el azar y tiene un justificativo romántico, ya que ese fue el primer día en el que Joyce salió con Nora Barnacle, quien se convirtió en su esposa y madre de sus dos hijos. Además, el esquema de la escritura, inicialmente dividido en 18 episodios, era caótico en comparación con las novelas de la época, ya que el autor quería obligar a los lectores a que pensaran. Pero más allá de la estructura, la novela fue tildada de obscena por su contenido sexual y sus discrepancias con el catolicismo, que escapaban a lo esperado en esos tiempos.

Y aunque contó con el apoyo de Harriet Shaw Weaver, editora de The Egoist, y de Margaret Caroline Anderson, fundadora de Little Review, su creación fue objeto de prohibición. Los ejemplares de las revistas que publicaban a Joyce fueron quemadas a ambos lados del océano Atlántico.

Luego de muchos intentos, el 2 de febrero de 1922, día en el que el irlandés cumplió 40 años, recibió el primer ejemplar impreso de su novela, que fue reeditada con regularidad en Francia pero le costó entrar al mercado inglés y estadounidense dados sus antecedentes, ya que cuando identificaban a sus ejemplares, iban directo a una hoguera.

“Es la segunda vez que he tenido el placer de ser quemado en este mundo, así que espero pasar por los fuegos del Purgatorio con tanta rapidez como mi patrón San Aloisio”, llegó a escribir el autor en 1920, porque si había algo que no lograron con la censura fue amedrentarlo.

A 100 años de su primer triunfo, en el que pudo tener entre sus manos su Ulises completo, está claro que las aperturas del escritor valieron la pena. La obra dejó una huella en la literatura en inglés y en todo el mundo. Joyce se convirtió en un referente influyente para grandes escritores que llegaron al mundo después de él, como el español José María Valverde, Umberto Eco y Jorge Luis Borges, quien lo elogió públicamente. “Es indiscutible que Joyce es uno de los primeros escritores de nuestro tiempo. Verbalmente, es quizá el primero. En el Ulises hay sentencias, hay párrafos, que no son inferiores a los más ilustres de Shakespeare”, destacó.