El Centro Cultural Rojas, dependiente de la Secretaría de Relaciones Institucionales, Cultura y Comunicación de la Universidad de Buenos Aires, a cargo de Paula Quattrocchi, presenta dos propuestas que buscan resaltar el rol de la mujer en la historia del arte. Se trata del taller “Un cuarto propio para crear”, que reúne obras de nueve artistas plásticas argentinas y la muestra “Paseos”, de Tamara Goldenberg. NA conversó con Gisela Asmundo, una de las curadoras de la muestra (la otra es Luciana García Belbey), quien explicó cómo surgió la idea y reflexionó que tanto en el arte como en la vida "el siglo XXI es el siglo de la mujer. Las mujeres fuimos ganando espacios, pero es una lucha que nunca termina". 

- A días de celebrarse el Día de la Mujer internacionalmente, ¿qué cuestiones les parecieron relevantes destacar del trabajo de las artistas mujeres en el siglo XXI? ¿Qué problemáticas y desafíos se mantienen en el tiempo?

- Como señala Griselda Pollock, que es una gran historiadora del arte, que escribió el libro Maestras antiguas-Mujeres arte e ideología, la práctica de las artistas nunca fue prohibida ni desincentivada del todo a lo largo de la historia, sino que ha sido constreñida o limitada a su función, para poder de esa manera destacar la supremacía del hombre en la esfera del campo artístico y cultural. Y eso ocurre desde la antigüedad. Yo siempre destaqué en mis escritos a las mujeres, por ejemplo, a una gran artista del Renacimiento como Sofonisba Anguissola. Ella pintó para Felipe II e incluso llegó a desterrar en algún momento a uno de los pintores de corte más importantes que tenía el Rey. Trabajó muchos años de su vida hasta que se casó y fue muy admirada por Miguel Ángel. Pero a lo largo de toda la historia del arte sucedió que las mujeres, para entrar en un taller, para poder formarse como artistas, tenían que tener algún familiar directo que les permitiera el ingreso.

- ¿Por eso eligieron Un cuarto propio, la conferencia icónica que hizo Virginia Woolf en 1928, que se transformó en un libro, para representar esa idea?

- Exacto. Woolf decía que una mujer necesitaba dinero y un cuarto propio para poder crear. Ella hizo referencia más que nada a las escritoras, pero eso se podría también trasladar, a lo largo de toda la historia, a las mujeres que hicieron arte.

- ¿Qué relación guarda el Renacimiento con el siglo XXI en cuanto al rol de la mujer en el arte?

- A medida que fue pasando el tiempo la situación de las mujeres en el arte fue mejorando. Hasta el siglo XIX, no podían salir de su casa a pintar como lo hacían los grandes pintores impresionistas. Berthe Morisot, por pincelada y por tratamiento de sus pinturas, fue quizás la más impresionista de todos los impresionistas, pero tenía que abocarse a escenas intimistas, dentro de su casa, en naturalezas muertas o retratar al círculo familiar, porque en ese momento no estaba bien visto que las mujeres salieran de su domicilio, como dije antes, a formarse o tener la libertad que tenía un hombre. Llegado el siglo XX las mujeres comenzaron a formar parte de las vanguardias de arte.

- ¿Desde qué disciplinas y qué tipo de obras se constituyó la idea clave de Un cuarto propio en la muestra?

- Hace casi un año visité el taller Baro Estudios, en el barrio de Constitución, que es una casona muy antigua que alberga a estas artistas mujeres y me sorprendió que todas ellas estuvieran formadas y pudieran trabajar con tanta libertad y creatividad. A diferencia de lo que plantea la crítica de Arte Moderno, que se sigue utilizando hoy en día y es la que legitima a muchos artistas en la contemporaneidad, en este caso no había homogeneidad por parte de las artistas. Otro disparador que nos motivó para la exposición en el Rojas, en el marco del 8M, es como respuesta al artículo de Linda Nochlin de 1971 ¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres? No es que no hubo, sino que dentro del relato de la historia del arte siempre fueron invisibilizadas.

- ¿De qué se trata la muestra de Tamara Goldenberg?

- La muestra de Tamara Goldenberg se desprende del  taller “Un cuarto propio para crear” de Baro Estudios. Es todo lo mismo. Lo que pasa es que el Rojas tiene una sala para exponer solo foto galería. Con sus fotografías, ella toma todo lo que tiene que ver con el patrimonio, la herencia cultural, la memoria. Son fotos a veces de fotos y las resignifica. A través de su fotografía busca capturar distintos momentos dentro de la historia del arte para darle un concepto de lo que ella quiere hacer foco.

- En los últimos años, la agenda de las mujeres y la lucha por conquistar nuevos derechos marcó a las ciencias sociales y las artes. ¿Cuál crees que fue el impacto que tuvo puntualmente en las artes plásticas?

- El siglo XXI es el siglo de la mujer. Las mujeres fuimos ganando espacios, pero es una lucha que nunca termina. Sería bueno poder pensar que no solo desde el género, sino desde lo humano, todos tenemos los mismos derechos, las mismas oportunidades, aunque en realidad no sea así. Por eso esta muestra es para celebrar esos espacios de libertad que fue consiguiendo la mujer. Pero todavía tenemos que seguir luchando para lograr mayor igualdad, no solo en el campo social, sino también en lo económico.

 -Cómo influye lo económico en el campo del arte y, sobre todo, con las artistas mujeres?

- Por lo general, el valor de la obra que producen las mujeres es inferior a las que producen o produjeron los hombres, salvo raras excepciones. Allí es donde entran en juego la subastas, los museos que legitiman artistas, o bien los curadores y los coleccionistas que hacen que determinada obra valga más. Ahora, cada vez más mujeres coleccionan y también muestran más lo que producen. Y ahí es hacia donde apuntamos.

- ¿Qué se va a encontrar el visitante que asista a la muestra en el Rojas?

- Se va a encontrar con diez artistas, todas con formación académica, y con que no existe un estereotipo femenino, sino que cada una de ellas tiene su forma y su manera de expresarse, y de interpretar el arte, que conforman un grupo muy heterogéneo.

La muestra que se podrá visitar desde este martes 7 de marzo hasta el 11 de abril, con entrada gratuita en el Centro Cultural Rojas, ubicado en Avenida Corrientes 2038.