Provocador, extravagante, distinto. Así era Freddie Mercury, reconocido mundialmente por ser el líder de Queen, una banda que marcó un antes y un después en la historia del rock a nivel global. Se cumplen tres décadas -este 24 de noviembre- de la muerte del aclamado artista, que más allá de su talento fue duramente criticado por su comportamiento debajo de los escenarios, y a medida que pasa el tiempo queda claro: le bastó una corta vida de 45 años para volverse inolvidable.

Nació el 5 de septiembre de 1946 como Farrokh Bulsara en la isla Zanzíbar, que en ese entonces dependía de Gran Bretaña y actualmente forma parte de Tanzania. Su infancia y adolescencia no fueron sencillas, ya que creció alejado de su familia, en un internado británico ubicado cerca de Bombai.

Siempre se sintió atraído por el arte y en el instituto supieron apreciar su talento, motivo por el que le propusieron a sus padres que tuviera clases extras de música. A los 16 años regresó a Zanzíbar y debido a una revolución que se desencadenó en la isla, la familiar completa viajó al Reino Unido, donde el artista continuó su formación en el colegio politécnico Isleworth y luego ingresó en la escuela de arte Ealing de Londres para estudiar arte y diseño gráfico, con el sueño de convertirse en ilustrador.

Luego de una vida escuchando música india, descubrió a los Beatles, Rolling Stones, The Who, Elvis Presley, Led Zeppelin y a Liza Minnelli en la película Cabaret, quienes se convirtieron en sus grandes influencias para incursionar en el rock y pop. En esta etapa de nuevas revelaciones, comenzó a frecuentar a otros estudiantes, como Brian May y Roger Taylor, quienes integraban la banda Smile junto a Tim Staffell.

Una vez que recibió su diploma en Ealing, Bulsara trabajaba como vendedor en un local de ropa y el resto de su tiempo lo dedicaba a los ensayos de Ibex, una banda a la que se unió en 1969 y que trabajaba en conjunto con Smile. Pero luego de varios intentos por saltar a la fama sin éxito, ambos grupos se disolvieron y May y Taylor contactaron a Farrokh para tocar juntos. Y con la incorporación de John Deacon como bajista nació Queen y al poco tiempo Bulsara adoptó el nombre artístico Freddie Mercury.

La banda generó controversias desde sus inicios. En primer lugar por el nombre que eligió el cantante, que tenía una connotación homosexual, algo mal visto para la época. Años más tarde la vida privada Mercury también sería juzgada y traería consecuencias para la agrupación. Y en segundo lugar el sonido que lograron era una fusión de distintos géneros, difícil de encasillar y diferente a todo lo que sonaba en ese entonces, motivo por cual las empresas discográficas no se animaban a apostar por ellos.

Freddie Mercury, el provocador que cambió la historia del rock
Un genio extravagante y dueño de una voz privilegiada. Foto/NA.

Más allá de las adversidades, el 13 de julio de 1973 lanzaron Queen, el primer álbum de estudio grabado en De Lane Lea en Londres y coproducido por Roy Thomas Baker, John Anthony y los miembros de la banda, con el que de a poco se fueron abriendo camino en el mundo discográfico sin lograr un gran impacto.

Sin embargo, con Queen II (1974) alcanzaron el éxito tanto en Europa como en Estados Unidos de la mano de Seven Seas Of Rhye. El reconocimiento alimentó la seguridad del cuarteto, que ya veía venir un futuro prodigioso. Y vieron como sus anhelos se volvían concretos con Sheer Heart Attack (1974).

Killer Queen, el primer corte de difusión de su tercer álbum de estudio que fue compuesto por Mercury, se convirtió en disco de plata y permaneció durante varias semanas en los rankings más importantes del mundo. Por su parte, Freddie había logrado vencer la timidez que se adueñaba de él en sus inicios y lejos de aquellas presentaciones, daba shows teatrales, en los que cautivaba al público con su vestuario, sus gestos y movimientos frente a las masas.

El mejor disco de la historia del rock

Lejos de descansar en el lugar al que habían llegado, para el cuarto disco Mercury quería redoblar la apuesta y lograr un sonido aún más singular. Sin tener conocimientos sobre ópera, quiso crear una canción con ese estilo y luego de largas jornadas de trabajo buscando la perfección surgió Bohemian Rhapsody, un tema de seis minutos que podría haber marcado su consagración o su fracaso, dado el riesgo que tomaron. Pero el destino los premió con la primera opción, convirtiendo a A Night at the Opera (1975) en el mejor disco de rock de la historia y a los miembros de Queen en estrellas.

La fama era un arma de doble filo. El aumento del reconocimiento del público mundial y de la crítica era proporcional al deseo de conocer un poco más sobre la vida de Freddie, que no quería mostrar nada de su mundo más allá de Queen y que a su vez, en paralelo a su relación con Mary Austin, había empezado a tener sus primeras experiencias íntimas con otros hombres.

La discografía de la banda siguió creciendo con A Day at the Races (1976), News of the World (1977) y Jazz (1978), un proyecto con el que se embarcaron en una extensa gira de más de 30 conciertos por Estados Unidos, Reino Unido y las ciudades más importantes de Europa. Pero recién en 1980 con The Game pudieron llegar al primer puesto en las listas estadounidenses.

En contraposición al crecimiento musical, el cambio de look de Freddie, que se dejó su característico bigote y el pelo corto, que representaba un estilo popular en el ambiente gay, sumado a que el cuarteto se vistió de mujer para grabar el video de I Want to Break Free hizo que muchas emisoras de las zonas más conservadoras de Estados Unidos dejaran de pasar sus canciones.

Pero en el resto del mundo continuaron una carrera ascendente con Hot Space (1982), The Works (1984) y en 1985 se presentaron en el que fue considerado el mejor concierto de la historia, ya que repasaron todo su trabajo en apenas 20 minutos en el marco del concierto Live Aid, que contó con las bandas de rock más importantes en Europa y Estados Unidos con el objetivo de recaudar fondos para los países más carenciados de África.

Ese mismo año, separado de Mary Austin, con quien continuó una estrecha amistad, inició una relación con el peluquero Jim Hutton, quien lo acompañaría en los últimos seis años de su vida. En 1986 salió a la venta A Kind of Magic (1986) y la banda se embarcó en una larga gira por Europa, pero en 1987 todo cambiaría a raíz de los problemas de salud de Freddie.

El cantante recibió el diagnóstico de Sida, una enfermedad desconocida que empezaba a desparramarse por todo el mundo y en consecuencia, se vio obligado a dejar de dar shows en vivo y evitar la exposición al máximo para no alimentar los rumores sobre su integridad física. Sin embargo, siguió trabajando en su música. En 1988 grabó el tema Barcelona junto a la soprano española Monserrat Caballé, a quien consideraba "una diva" y juntos dieron dos conciertos: uno en Ibiza y otro en Barcelona, que fue el último de su carrera.

Lejos de los escenarios, siguió componiendo y grabando y en 1989 lanzó The Miracle junto a May, Deacon y Taylor, pero su deterioro físico era cada vez más difícil de disimular. Aun así grabó Innuendo, que salió a la venta en febrero de 1991, aunque para octubre de ese mismo año ya casi no podía valerse por sí mismo y hasta había perdido gran porcentaje de su visión.

Intuyendo cuál iba a ser su final, el 23 de noviembre -hace 30 años- envió un comunicado a los medios para confirmar los rumores que lo perseguían hace cuatro años.

"Siguiendo la enorme conjetura de la prensa de las últimas dos semanas, es mi deseo confirmar que padezco Sida. Sentí que era correcto mantener esta información en privado hasta el día de la fecha para proteger la privacidad de los que me rodean. Sin embargo, ha llegado la hora de que mis amigos y seguidores conozcan la verdad y espero que todos se unan a mí y a mis médicos
para combatir esta terrible enfermedad. Mi privacidad ha sido siempre muy importante para mí y soy famoso porque prácticamente no doy entrevistas. Esta política continuará", informó el cantante.

Al día siguiente, el 24 de noviembre de 1991 y a los 45 años, falleció por una bronconeumonía derivada del virus que tanto lo había debilitado y aquella fecha marcó la muerte del ídolo y el nacimiento de una leyenda.