Especial El ojo del arte

En la Plaza San Martín, en el barrio porteño de Retiro, se encuentra una significativa escultura neoclásica conocida como La duda. Esta obra de arte, tallada en mármol de Carrara por el escultor francés Louis Henri Cordier, representa a un hombre joven y a un anciano, sentados juntos sobre una roca acompañados por una Biblia abierta, y simboliza el conflicto de la creencia religiosa.

La estatua tiene su historia. En 1905, una comisión de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires la adquirió durante un viaje a Europa con el propósito de embellecer los espacios verdes públicos. En 1906, La duda fue instalada en esa plaza, cerca del monumento al Libertador José de San Martín, a unos veinte metros de la vereda de la Avenida Santa Fe, donde ésta se corta con la calle Maipú. Aunque ha estado allí presente más de cien años, muchos transeúntes la han pasado por alto, tal vez, debido a la gran cantidad de monumentos, majestuosos edificios de estilo francés, palacios históricos y la importante vegetación que la rodea.

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La obra es de un tamaño modesto y está ubicada al ras del suelo. En el pedestal que la sostiene se encuentra inscrito su título en francés, Le Doute. La duda es una composición visualmente compleja, con un joven y un anciano sentados sobre una roca. El joven se encuentra en cuclillas, mientras que el anciano está arrodillado, como buscando las palabras precisas para cuestionarlo acerca del texto de la Biblia que tienen frente a ellos. Ambos están desnudos, cubiertos por una manta. La expresión seria y pensativa en el rostro del joven sintetiza la esencia del título de la obra: indecisión, perplejidad y vacilación.

El ojo del arte: la obra que encarna la incertidumbre y vacilación humana ante la creencia religiosa

Algunos consideran que el anciano simboliza al Antiguo Testamento y el joven, reclinado sobre el libro abierto, que contiene gran parte de la historia universal, al Nuevo Testamento. Aunque en su momento se pensó que esta interpretación religiosa podría generar críticas, nunca hubo cuestionamientos al respecto. Con los años, la escultura fue objeto de actos vandálicos, como por ejemplo la mutilación de la mano derecha del anciano.

Louis Henri Cordier fue un escultor francés que vivió entre 1853 y 1925 y siguió los pasos de su padre, Charles Henri Joseph Cordier. Trabajó principalmente en el estilo neoclásico y se especializó en la talla de esculturas en mármol. A lo largo de su carrera, dejó un legado artístico significativo, con obras que reflejan su habilidad para capturar la expresión humana y transmitir emociones.