El ojo del arte: Homenaje al Ballet Nacional, una escultura emblemática
Ubicada en Plaza Lavalle, representa a dos de los nueve bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón que murieron en un accidente aéreo en 1971. Su autoría corresponde al hijo del reconocido pintor Ernesto de la Cárcova.
El ballet es arte en movimiento. Una escultura, estática, para homenajearlo, a priori parecería una contradicción. Pero no lo es. Porque la obra ubicada sobre la Plaza Lavalle, a metros del Teatro Colón, contrarresta la rigidez del bronce esculpido con un movimiento tácito expresado en un paso de baile que sintetiza el espíritu de la danza.
La obra Homenaje al Ballet Nacional, de Carlos de la Cárcova, representa a los bailarines Norma Fontenla y José Neglia, dos de los nueve integrantes del Ballet Estable del Teatro Colón que murieron en el accidente aéreo del 10 de octubre de 1971 cuando viajaban a la ciudad de Trelew para presentarse en el Teatro Español. Los otros siete fueron Rubén Estanga, Marta Raspanti, Margarita Fernández, Carlos Santamarina, Antonio Zambrana, Carlos Schiafino y Sara Boschovsky.
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La tragedia ocurrió cuando el avión se estrelló en el Río de la Plata a los pocos minutos de haber despegado del Aeroparque Jorge Newbery. La noticia generó una fuerte conmoción en la sociedad. Poco después, la firma Pepsi propuso levantar un monumento conmemorativo, que se inauguró al cumplirse un año del accidente.
La obra fue encargada al notable arquitecto y escultor argentino, Carlos de la Cárcova (1903/1974), hijo del reconocido pintor Ernesto de la Cárcova. En 1939 había participado de un anteproyecto junto a otros escultores y arquitectos para la construcción del Monumento a la Bandera, pero quedaron en cuarto lugar en el concurso. En 1947 fue nombrado miembro de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes, luego de alzarse con múltiples premios relacionados con la cultura, la arquitectura y, desde ya, las bellas artes. Otras de sus obras más conocidas son el Monumento a Emilio Frere, en Córdoba; el Mausoleo al General José María Paz, en la provincia mediterránea; y el Monumento a Ezequiel Martínez Estrada, en Bahía Blanca.
La escultura del Ballet está emplazada sobre una base dentro de tres fuentes circulares de mampostería que incluyen un sistema de aguas danzantes que fue diseñado por el arquitecto Ezequiel Cerrato. En 2019 fue trasladada a los talleres del MOA (Monumentos y Obras de Arte, también conocido como Patio de las Esculturas), debido a que el pie de apoyo se encontraba deteriorado a raíz de las vibraciones del subte y, además, tenía daños de soldaduras producto del vandalismo. Allí le reconstruyeron el brazo faltante, se reforzó su pie de apoyo y se realizó una limpieza manual exhaustiva del bronce. La reinauguración se produjo el 12 de octubre de 2021, al cumplirse 50 años del accidente.
El Homenaje al Ballet Nacional es una escultura emblemática, que perdura con su pátina en una zona que no descansa, por un tránsito incesante. De cara al Colón, mantienen vivo el recuerdo de aquellos bailarines que perdieron su vida de manera trágica.