El misterio de Kid Bailey
El músico de blues, del que no se sabe casi nada, dejó apenas dos canciones que fueron grabadas el 25 de septiembre de 1929 en el célebre Hotel Peabody de Memphis.
Por Martín Sassone
La historia primaria del blues, en el Delta del Mississippi, está plagada de leyendas y anécdotas, muchas de ellas incomprobables. La más famosa, desde ya, es la de Robert Johnson y su pacto con el Diablo. Pero detrás de ese mito, que hasta se convirtió en un éxito cinematográfico con la película Crossroads (1986), asoman protagonistas y situaciones que han desvelado a los investigadores durante décadas. Algunos misterios pudieron ser confirmados parcialmente y otros ni siquiera eso. En muchos casos, las grabaciones quedaron como registros históricos inapelables aunque no aporten mucha más información. Otros papeles que sirvieron para cotejar fechas y nombres fueron los certificados de nacimiento y defunción, así como documentos carcelarios. Todo lo demás, lo que se sabe a medias o lo que quedó como verdad instalada, es parte del boca a boca que los propios músicos fueron pasando de generación en generación y que algunos historiadores lograron reconstruir con mucho esfuerzo.
Uno de los mayores enigmas del blues gira en torno a Kid Bailey, un personaje oscuro de quien apenas se conocen dos grabaciones -en 78rpm- para el sello Brunswick, registradas el 25 de septiembre de 1929 en el célebre Hotel Peabody de Memphis. En esos temas, Rowdy blues y Mississippi bottom blues, Bailey cuenta con una segunda guitarra que lo acompaña, aunque no se pueda determinar quién es. Según el sitio Allmusic.com, la fuente de consulta musical más a mano que hay en Internet, Bailey fue un colaborador de Charley Patton que se movió en los círculos bluseros del Delta entre los años 20 y 30. No hay datos sobre su fecha de nacimiento y tampoco sobre su muerte, ni siquiera se puede establecer su nombre completo. Una versión señalaba que sería oriundo de Doddsville, al sur de Clarksdale. En el mismo sitio se pone de relieve la opinión de Son House, quien fue protagonista de aquella época. De acuerdo con él, Kid Bailey no era otro que Willie Brown, el legendario ladero de Patton y Robert Johnson. Los historiadores al principio no tomaron muy en cuenta esa versión, porque los temas grabados por Bailey diferían estéticamente con los que registró Brown para Paramount - Future blues y M&O blues - apenas ocho meses después de esas sesiones en el Peabody.
En su libro Blues - La música del Delta del Mississippi, Ted Gioia sostiene que el historiador "Gayle Wardlow siguió el rastro de Bailey con el celo de un detective privado de cine negro a lo largo de aquellos años, y descubrió pistas que situaban al guitarrista en varias localidades de Mississippi: viviendo en una plantación en Leland en la década de 1920; acompañando a Charley Patton en Skene; actuando en Tutwiler; trabajando junto a Tommy Johnson en el condado de Rankin; tocando la mandolina en un garito de Moorhead en 1948... y en Indianola y en Canto y en otros lugares. Pero las distintas crónicas no llegaron a formar un todo coherente, y los detalles siempre eran muy superficiales. Nadie parecía haber sido amigo íntimo del escurridizo guitarrista". Gioia entiende que Wardlow pudo haber conseguido datos de distintos músicos a los que apodaran "Kid".
En los 90, el musicólogo David Evans volvió sobre los pasos de Bailey. Si bien en su libro de 1982, Big road blues, Evans había considerado que Bailey y Brown no eran la misma persona, luego cambió de opinión: "Las interpretaciones de Bailey, dictaminó, eran demasiado buenas para ser obra de un don nadie olvidado que no causó ningún impacto en los colegas que lo escucharon. Llegó a la conclusión, por lo tanto, de que Brown se había puesto un apodo porque ya tenía un contrato con Paramount para la sesión que tendría lugar ocho meses más tarde. Evans explica también que la aspereza de la voz en las grabaciones de Paramount puede deberse al alcohol que fluía profusamente durante la sesión...", escribió Gioia. Al volverse a entrevistar con Wardlow, éste insistió en su posición de que Bailey no era Willie Brown. "Tengo tres fuentes que mencionan a Kid Bailey en Leland. Walter Vinson, de los Mississippi Sheiks, conoció a Kid Bailey", afirmó.
Gioia concluye, en base a todos los testimonios analizados, que la historia pudo haberse tragado a Bailey porque en algún momento cometió un delito grave y terminó preso de por vida. En ese sentido, el investigador Stephen Calt, biógrafo de Skip James, y Wardlow le contaron que Kid Bailey pudo haber estado vinculado a un homicidio en Saint Louis a comienzos de los 50. "La suposición de que Kid Bailey cometió un delito grave podría permitirnos entender casi todos los intrigantes datos que tenemos sobre este misterioso músico. Quedarían claros los motivos de su duradera desaparición del mundo de la música , los largos períodos durante los cuales nadie recuerda haberlo visto. Explicaría por qué nadie afirmó que Bailey era un buen amigo suyo. También aclararía enigmas como el apodo 'Killer Bailey' -que trascendió según Wardlow por aquellos años- , o la peculiar reacción de Skip James cuando Calt le preguntó al respecto: 'He oído hablar de Kid Bailey', contestó altivamente, y se negó a decir nada más".
Todo indica que este será un misterio muy difícil de develar. Solo en esas dos canciones está la verdad. Como dijo el historiador Samuel Charters su música "era intensamente personal como para llegar a una gran audiencia" y es por eso que no supo nada más de él. Ese es el único legado de este fantasma llamado Kid Bailey.