The Dark Side of the Moon es el pináculo del rock de estudio de los setenta y la declaración definitoria de la segunda encarnación de Pink Floyd. Ampliando las experimentaciones sónicas de Meddle y Echoes, la banda británica combinó estructuras de blues rock con instrumentación de rock progresivo y florituras de jazz para crear una rica mezcla de música atmosférica.

Este es un álbum único e inolvidable, que fue lanzado hace hoy 50 años, exige una escucha ininterrumpida y nos adentra en un viaje atemporal y surrealista. El disco también tiene uno de los títulos más icónicos y una portadas inconfundible, que están incrustados en la cultura popular y combinan perfectamente con la sensación espacial y misteriosa de la música.

El álbum encontró Pink Floyd en la cima de sus habilidades musicales con David Gilmour presentando constantemente algunos de los solos de guitarra más espectaculares y memorables en la historia del rock y los teclados de Richard Wright construyendo texturas gruesas para moverse alrededor de ellos. Nick Mason brilla en Time con un solo de batería hábilmente respaldado por el tic-tac del bajo sordo de Roger Waters.

Money contiene una línea de bajo reconocible al instante, junto con sonidos mecánicos de caja registradora que suenan al ritmo de la canción. El músico de sesión Dick Parry contribuye con un excelente solo de saxofón en Us and Them, y se presentan coros para crear sonidos etéreos. La voz imponente de Clare Torry en The Great Gig in the Sky es otro punto destacado, que grabó asombrosamente en una sola toma.

Las canciones abordan lo mundano y lo común. Resumen y detallan las facetas del mundo en el que vivimos y les dan un nuevo significado. Todas esas cosas que nos rodean reciben una nueva voz, con su propia risa, su propia burla y su propio sarcasmo. También abordan temas de conflicto social y enfermedades mentales. En Money, Waters también denuncia el consumismo y la codicia. Pero es la instrumentación la que toma protagonismo, y las palabras muchas veces se pierden en los densos paisajes musicales y ondas de efectos de estudio.

Storm Thorgenson, quien diseñó la icónica portada, dijo que para lograrla incorporó tres temas: el espectáculo de luces de la banda; el tema de la 'ambición' y la 'codicia' (la pirámide); y el voto de Rick Wright por algo simple y dramático.

Con El lado oscuro de la luna, Pink Floyd nos lleva de viaje por un río de emociones oscuras y recuerdos inquietantes, rodeado por una jungla donde lo inesperado acecha mientras florece en una especie de belleza extraña y melancólica.