El legendario álbum Buena Vista Social Club cumplió 26 años desde su lanzamiento, un hito que marcó la música cubana y su proyección a nivel mundial.

Este proyecto, gestado por el guitarrista Ry Cooder y el productor Nick Gold, logró resucitar la magia de la música tradicional de Cuba, celebrando la riqueza cultural de la isla y catapultando a músicos olvidados a la fama internacional.

La agrupación Buena Vista Social Club nació en 1996 en La Habana. Músicos veteranos y virtuosos, algunos en la plenitud de sus vidas y otros en la última etapa de su carrera, se unieron para grabar un disco que se convirtió en un ícono de la música tradicional cubana y en una joya del ámbito musical global.

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El álbum homónimo, lanzado hace 26 años, presentó un repertorio de son cubano, bolero y danzón, interpretado por artistas de la talla de Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Rubén González, Omara Portuondo, Eliades Ochoa, entre otros. Este conjunto de talentosos músicos cautivó al mundo con su virtuosismo y autenticidad, reviviendo la música tradicional de la isla que había sido eclipsada por las tendencias modernas.

El impacto de Buena Vista Social Club fue inmediato y trascendió fronteras. Ganó numerosos premios, incluidos varios Grammy, y vendió millones de copias en todo el mundo. La película documental dirigida por Wim Wenders, que narró la grabación del álbum y la vida de los músicos, contribuyó aún más a su difusión y reconocimiento.

Buena Vista Social Club, una leyenda musical que perdura en el tiempo
Una imagen de la película de Wim Wenders.

En estos 26 años, Buena Vista Social Club influyó en generaciones posteriores de músicos y demostró que la autenticidad y la pasión por la música trascienden las barreras del tiempo y la edad. Su legado continúa vivo, recordándonos la importancia de preservar y celebrar las raíces musicales que enriquecen nuestra diversidad cultural.

Cómo surgió Buena Vista Social Club

La historia del surgimiento de Buena Vista Social tiene un dosis fuerte de azar y se remonta a 1996. Ese año, un grupo de músicos de Mali iba a viajar a La Habana para grabar con artistas cubanos. ¿El concepto? Un disco de música tradicional africana occidental y afrocubana.

Sin embargo, la idea original se frustró cuando Cuba no concedió las visas para los africanos. Así, Nick Gold, productor ejecutivo, recurrió al músico Ry Cooder y junto a al productor cubano Juan de Marcos González salieron a buscar por la ciudad a músicos de la Vieja Trova.