El Estado español comenzó con seis meses de anticipación la conmemoración de los cincuenta años de la partida de este mundo de Pablo Picasso con la certeza de que un vasto programa de celebración de su obra atraerá a centenares de miles de turistas, entre ellos un alto porcentaje de argentinos.

La Embajada de España en la Argentina presentó esta semana en Buenos Aires un programa llamado “Picasso Celebración 1973.2023”, que incluye más de medio centenar de exposiciones en todo el mundo, incluidas 16 en España, con epicentro en las ciudades en que el genio vivió, que son Málaga, Madrid, Barcelona, A Coruña y Bilbao.

La “Celebración Picasso 1973-2023″ se compone de unas 50 exposiciones y eventos que ya comenzaron a recorrer las instituciones culturales más importantes de Europa, América y Asia para dar a conocer la vasta obra de uno de los artistas más prolíficos y revolucionarios de todos los tiempos, padre de cubismo y autor del Guernica.

Argentina será parte de un largo homenaje del Estado español a la memoria del genio de Picasso

Esas exposiciones serán en España, Francia, Estados Unidos, Alemania, Suiza, Mónaco, Rumania y Bélgica, y además se llevarán a cabo dos congresos académicos, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid y en la sede de la Unesco en París.

La idea central de la difusión es invitar a los ochenta millones de turistas que visitan España en tiempo de relativa normalidad –la pandemia del Covid-19 fue al respecto un problema enorme- a redescubrir el país pero a través de la mirada de un creador que están en el top ten de los grandes artistas de todos los tiempo.

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Una de las cosas más notables del proyecto que continuará hasta 2024, es que Picasso vivió mucho más tiempo en Francia, donde estudió, se exilió durante los 37 años del franquismo, y se instaló para siempre hasta su muerte, qué en su patria natal, aunque su espíritu siempre estuvo atado al mundo cultural hispano.

Sin embargo, según el ministro Consejero de la Embajada, Luis Tejada, los gobiernos de España y Francia lograron ponerse de acuerdo para combinar iniciativas en torno a la celebración de la obra de “un artista universal que ambos países sienten propio”, lo que resulta una gran fórmula para evitar posibles polémicas.

Argentina será parte de un largo homenaje del Estado español a la memoria del genio de Picasso

España tiene documentado a través de las estadísticas qué, a diferencia de los turistas europeos, los argentinos que viajan por placer a España son buenos “consumidores de cultura”, ya que en general no van en busca de las playas, como el resto, y en ese sentido habrá una oferta especial en este marco.

Málaga, su ciudad natal, hoy sede de numerosas empresas tecnológicas internacionales, tiene dos museos dedicados a su hijo más pródigo y universal, uno en su Casa Natal, donde se puede revivir la infancia y ver las obras más tempranas, y otras con más de doscientas obras en colección permanente y temporal.

Argentina tiene una larga relación especial con Picasso: en 1904 se realizó su primera exposición en Buenos Aires; y en 1934 la Galería Muller de Florida 935, realizó una retrospectiva que incluía 15 óleos importancia fundamental en su trayectoria,  realizados entre 1900 y 1928 y varios pasteles, acuarelas, dibujos y litografías.

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA) presentó 82 años después de eso, en 2016, la primera muestra de dibujos de Pablo Picasso en Argentina, titulada "Más allá de la semejanza", un recorrido por la vida del pintor español desde el principio de su carrera, con 16 años, hasta un año antes de su muerte.

El escultor argentino Rogelio Yrurtia, le compró en 1904 cuando Picasso tenía 23 años, una obra que necesitaba “vender para comer”, que resulta una auténtica rareza, Rue Cortot, un óleo pintado sobre cartón de 46 por 55 centímetros, que permanece en el Museo Casa de Yrurtia, en el barrio de Belgrano.

Argentina será parte de un largo homenaje del Estado español a la memoria del genio de Picasso

Yrurtia y su esposa, la pintora Lía Correa Morales, legaron su hermosa casa de estilo español colonial, de 1.200 metros cuadrados, y su colección de obras, aproximadamente 12.000, al Estado nacional, con el objetivo de que hubiera un museo de ingreso gratuito para el público con una joya como esa temprana obra del malagueño.

La anécdota es que luego Picasso, que por entonces no firmaba sus obras, le reclamó a su amigo por correspondencia que se la pagara pronto, porque estaba muy corto de dinero y que muchos años más tarde discutieron cuando Yrurtia le pidió que estampara su apellido en el óleo, como una manera de autenticarlo.

La Embajada presentó en este marco la muestra “Tras los pasos de Picasso”, de Mariana Iglesias, que explica una parte de ese vínculo con la Argentina acudiendo a catálogos, una hermosa colección de libros de arte, y documentos pertenecientes a archivos de instituciones, como anticipo de otras acciones por venir.

Una de ellas sería la realización de un trabajo de muralismo, al estilo de las intervenciones en la vía pública, que conjugue el talento de un artista español y un artista argentino, dejando para la posterioridad una obra permanente que se incorpore al vasto patrimonio porteño en la materia.

Picasso, un artista comprometido políticamente

Para los conocedores de la vida de este hombre que vivió 91 abriles y fue bautizado en 1881 como Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Crispiniano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso los anuncios del homenaje están completamente despolitizados.

Incluso cuando se alude al Guernica, una histórica denuncia de la atrocidad que el franquismo llevó adelante al decidir el bombardeo de una población civil vasca llevado a cabo por aviones del régimen nazi, se habla de los errores de la guerra, cuando en rigor se tratan de crímenes de lesa humanidad.

El artista fue un hombre de izquierda toda su vida, estuvo afiliado al Partido Comunista Español y al Partido Comunista Francés, pero no son nuevos los intentos por despolitizarlo, o despolitizar parte de su obra, sino los coletazos actuales de una vieja cruzada iniciada por la influyente crítica del establishment artístico conservador estadounidense.

Querer presentar a Picasso como apolítico y carente de compromiso es una mezquindad y una ofensa a su memoria y a la de miles y miles de artistas que defendieron los valores de la justicia pagando un enorme coste por ello”, escribió en 2011 el politólogo catalán Vicenc Navarro, que despotricaba contra el modo en que lo definía una muestra en el Museo de El Prado.

Mucho antes de esta iniciativa de un largo y justo homenaje a su memoria decidida por el gobierno socialista que lidera Pedro Sánchez, que tenía un año cuando Picasso murió, Navarro había subrayado en su blog La pupila insomne: “Hablar del Guernica sin hablar del bombardeo de aquella ciudad por la aviación nazi alemana es toda una proeza, limitándose a presentar el cuadro como una imagen en contra del horror, sin más”.