Israel intensificó los ataques aéreos sobre Ráfah durante la noche de este jueves, después de decir que evacuaría a los civiles de la ciudad del sur de Gaza y lanzaría un asalto total pese a las advertencias de los aliados de que esto podría causar víctimas masivas.

Los médicos del asediado enclave palestino informaron de cinco ataques aéreos israelíes sobre Ráfah, que alcanzaron al menos tres casas y causaron la muerte de seis personas, entre ellas un periodista local.

"Tenemos miedo de lo que pueda ocurrir en Ráfah. El nivel de alerta es muy alto", dijo a Reuters Ibrahim Khraishi, embajador palestino ante Naciones Unidas. "Algunos se están marchando, temen por sus familias, pero ¿adónde pueden ir? No se les permite ir al norte, por lo que están confinados en una zona muy pequeña".

En el séptimo mes de una devastadora guerra aérea y terrestre contra el grupo islamista Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, las fuerzas israelíes también reanudaron los bombardeos sobre las zonas norte y central del enclave, así como sobre el este de Jan Yunis, en el sur.

El gabinete de guerra del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, estaba celebrando reuniones "para discutir cómo destruir los últimos vestigios, el último refugio de los 
batallones de Hamás, en Ráfah y en otros lugares", dijo el portavoz del gobierno, David Mencer.

La escalada de las advertencias israelíes sobre la invasión de Ráfah, último refugio de cerca de un millón de civiles que huyeron de las fuerzas israelíes más al norte a principios de la guerra, 
empujó a algunas familias a marcharse a la cercana zona costera de al-Mawasi o bien intentar llegar a puntos más al norte, según declararon residentes y testigos.

No obstante, muchos estaban confusos sobre adónde debían ir, diciendo que su experiencia en los últimos 200 días de guerra les había enseñado que ningún lugar es realmente seguro.

Mohammad Nasser, de 34 años y padre de tres hijos, dijo que abandonó Ráfah hace dos semanas y ahora vive en un refugio en Deir Al-Balah, en el centro de Gaza, para evitar que una invasión israelí le pille por sorpresa y no pueda escapar.

"Escapamos de una trampa a otra, buscando lugares que Israel llama seguros antes de que nos bombardeen allí. Es como el juego del gato y el ratón", dijo a Reuters a través de una aplicación de chat. 

Shaina Low, portavoz del Consejo Noruego para los Refugiados, dijo que parece haber menos gente en Ráfah, fronteriza con Egipto. Según indicó, los equipos sobre el terreno habían dicho que la gente espera una invasión después de que termine la fiesta judía de la Pascua, el 30 de abril.

Un alto funcionario de defensa israelí afirmó el miércoles que su país estaba preparado para evacuar a los civiles antes de su ataque a Ráfah y que compró 40.000 tiendas que podían albergar entre 10 y 12 personas cada una.

Las imágenes por satélite de al-Mawasi, entre Ráfah, Jan Yunis y el mar, una zona de playas de arena y campos y que sólo se extiende unos 5 por 3 kilómetros, mostraban importantes 
asentamientos de campamentos levantados en las últimas dos semanas.